Volar alto
¡Buenos días! Mi vida está llena de instantes bonitos y suelo ser una persona que siempre se queda con ellos, con ganas de vivirlos, saborearlos y coleccionarlos, porque no se pueden desperdiciar esos maravillosos momentos en los que los astros se alinean para traernos el mejor de los regalos.
A veces soñar a lo grande es demasiado y debemos redimensionar los sueños para ser realistas, tocar de pies al suelo y no dejarnos atrapar por la desilusión de haber llevado demasiado alto nuestras expectativas. Ser capaces de absorber la felicidad sin querer demasiado, pero dándonos el placer de ambicionar un poquito más, es el medio más efectivo para vibrar con la ilusión diaria y con la sensación de que quizá algún día subamos un nuevo peldaño en la escalera de nuestras metas.
Hay instantes de inflexión, tanto en la vida personal como en la profesional, que te llevan a un camino determinado, que te ayudan a descubrir aspectos importantes de ti misma y a dar pasos agigantados hacia ese mundo donde lo más importante es ser feliz, dejarse llevar por lo maravilloso que tienes y no sentir dolor por lo que desearías alcanzar.
Llevo muchos años de cambio, aunque no lo he sabido ver hasta ahora. Tenía un trabajo importante, que me apasionaba, pero me ahogaba a la vez. El estrés, la responsabilidad, lidiar con una situación que me empequeñecía a la vez que me exigía mucho a cambio de poco, luchar con uñas y dientes para sacar adelante todo cuanto deseaba… No me daba cuenta de cómo necesitaba un cambio, no era consciente de cuánto de importante era deshacerme de las cadenas y empezar a volar.
Ahora por fin siento la libertad de alzar el vuelo, acompañada por personas increíbles, y asumo mi responsabilidad con una energía y una ilusión envidiables. Es tan bonito tener un trabajo con el que disfrutas y en el que te valoran por tu aportación, aunque, como todos, a veces te equivoques…
A nivel literario me siento en una nube, inmersa en un momento mágico. Porque al fin tengo una editorial grande detrás, un equipo con muchas ganas de apoyarme, una novela en las librerías de verdad. ¿Podéis imaginar qué se siente al ir a El Corte Inglés y ver tu novela en la estantería de romántica? Me ha costado veinticinco publicaciones alcanzar esta meta, casi veinte años de duro trabajo, sin desfallecer, siempre con el tesón de seguir adelante. Y no sé qué pasará, si se venderá, si la editorial seguirá apostando por mí, si será un salto o se quedará en un intento, pero es tan extraordinario, tan perfecto, tan alucinante…
Solo quiero disfrutar de los momentos, vibrar con ellos, sentirme parte de algo grande. Y no dejar nunca la sonrisa porque es lo que nos da vida. Escribir, leer, trabajar, estar con mi familia, perderme por la montaña y ver mis libros en una estantería… Es mi imagen de la felicidad absoluta.
¡Feliz día! J
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