Despejando las nubes
Las
semanas vuelan, el tiempo corre tan rápido que casi no me da tiempo a asimilar
el montón de inputs que recibo cada día. Entre las tareas, los niños, el
trabajo en casa, el de la empresa, el baile, las lecturas, el blog y el intento
de volver a retomar la corrección de La Baraja los minutos parece que vuelen y
las horas apenas me alcanzan para todo. ¡Pero no quiero renunciar a nada!
Desde
luego la vida está llena de sorpresas y cosas interesantes, siempre hay algo
que te llena de alegría sin saber muy bien de dónde viene ni adónde va. No sé,
quizás sea el optimismo que todos me aseguráis que tengo, pero a mí me resulta
fascinante ver el baso medio lleno.
Y
no, no soy una superwoman, sólo una persona inquieta y un tanto movida. Mi
marido siempre dice que si un día me sentara en el sofá a media tarde me llevaría
al médico. Jajajaja, ¡dice que esto de no parar en todo el día es estresante! ¡Y
yo, que no me sé estar quieta! Muchas veces me pregunto qué haría sin ese
centenar de cosas por hacer que llenan mi jornada.
¡Hay
tantas pequeñas cosas que ayudan a ser feliz! Muchas veces nos empeñamos en
crearnos barreras frente a los ojos para no ver la vasta extensión de posibilidades
que se alzan a nuestro alrededor. Es como si nos ensuciáramos la mirada con una
única percepción de la realidad y obligáramos a nuestros ojos a percibir esa única
verdad.
En
mi lucha para publicar las novelas no estuve sola a la hora de crear unas expectativas tan inmensas que desbancaban cualquier intento por descubrir otros
lados de la situación, creo que por eso llegue a obsesionarme de esa manera. Las
esperas, la angustia, la ansiedad, ese intenso deseo de llegar y tocar la meta, los días anclada al teléfono, mirando
obsesivamente el mail, esperando aquellas noticias que nunca llegaban, casi
respirando la frustración que exhalaban las esperas interminables, los deseos
inalcanzables, las expectativas creadas y no logradas…. ¿Podéis imaginaros cómo
nubla esta situación?
Es
como si las nubes que copan el cielo un día de tormenta se hubieran encargado
de apagar la luz del sol durante unos años en mi interior, aniquilando la
capacidad de ver la parte positiva, viviendo únicamente para un fin, relegando
todo lo demás a un lugar no correspondido.
Y
gracias al blog, a los comentarios, a los días y a mi propio deseo de cambiar,
un día conseguí que un viento huracanado borrara las nubes del firmamento y
dentro de mí irradiara otra vez aquella luminosidad que me acompañó desde el principio,
cuando las historias eran parte de mis juegos infantiles, de mis ensoñaciones
de juventud y de mi mundo paralelo.
¡Escribir
Los Cofres con vosotros es maravilloso! ¡Y no depender de que el mail traiga
noticias o de que el teléfono suene es un descanso infinito! He barajado muchas
posibilidades de compartir las novelas, de buscar una alternativa a la
publicación normal, de alcanzar la manera de que los demás me lean. Aunque de
momento voy a darle una última oportunidad al destino, pero sin prisas ni
obsesiones, sin esperas interminables ni frustraciones.
He
empezado a leer el libro de José Antonio. Se llama La Guerra del Cielo. ¡No sabéis
la ilusión que me hace tener entre mis manos un ejemplar dedicado de un amigo
que seguro conseguirá abrirse camino en el tortuoso mundo de la edición! ¡La
trama me parece increíble! ¡Y eso que sólo he leído unos capítulos!
Bueno,
mañana seguimos con Isaac, ¿OK? Aunque necesitaría ideas: si Isaac nació un
milenio después de los prigenios, ¿Dónde lo situamos? ¿A qué época nos
referimos? ¡Darme consejos!!!!
¡Os
deseo un feliz día!
¡Un poco super woman si que eres!
ResponderEliminarIsaac no puede llevarse solo 1000 años con los prigenios porque estos datan de la época egipcia, ¿o estamos haciendolo inmortal? Yo creo que toda su historia debería situarse no muy lejos de la de Sara. Un beso y feliz miércoles!M
¡Hola guapa!!!!!! Isaac es antiguo, su historia va pareja a la de los protas, pero muchos años atrás. Él está muerto desde hace muuuucho tiempo, pero nos dará pistas importantes para la historia reciente. Así que necesito ideas de en qué momento nace y dónde, sabiendo que ha de ser un sitio apartado de la civilización, en una aldea perdida en algunas montañas, con gentes que tardarán milenios en mezclarse con otros seres humanos y sumarse al progreso. ¡Y no te voy a decir más para no darte más pistas sobre la historia! ¡Aunque eso de que Isaac sea inmortal.... ¡Podría estar bien!!!!!
ResponderEliminar¡Muchos besos!!!!! ¡Te echamos de menos!!!!
ajajá interesante... pues se me ocurre que sea de una civilización precolombiana. Muchas de las civilizaciones americanas son poco conocidas. Si quieres una más cercana se me ocurren los cretenses, con una cultura parecida a la griega. Dado que habíamos colocado a los prigenios en el 3000 a.C y quieres darles 1000 años de diferencia, esta cultura en esa época fue cuando empieza a crear las ciudades, donde se erigieron fabulosos palacios, desde donde gobernaban cada uno de los numerosos reyes que mandaban sectores diferentes de la isla de Creta. ¿que te parece? a ver el resto de las sugerencias...
ResponderEliminarUff! Creo que estoy perdiéndome otra vez. ¿Quieres llevar la trama en tres niveles, los prigenios, Isaac y los protas? Me parece un poco lioso. La idea de la inmortalidad me gusta. Isacc podría ser una especie de eslabón perdido entre los prigenios y el presente... Sobre montañas tienes el Himalaya, que comprende el Tibet, los Urales rusos... Aunque si se queda con ese nombre biblico le iría bien la zona de Mesopotamia...
ResponderEliminarSaludos!!
¡Hola José Antonio!!!! Hoy te contesto en la entrada, creo que ha llegado la hora de hacer un poquito de esquema de la novela para que os hagáis una idea del que tengo mentalmente, ¡así no te pierdes!
ResponderEliminar¡Pasa un buen día!