¡Feliz sábado!!!!!
¡Buenos
días! Ya habéis comprobado que mis nuevas pestañas están perfectas. Todo ha
sido gracias a la ayuda inestimable de Senda, una gran profesional que me ha
prestado una parte de su tiempo para construir ese rinconcito en el blog donde
iré actualizando temas concretos. ¡Gracias Senda!
De
momento tengo muy poco tiempo para el blog, la escritura y la lectura, el
trabajo está absorbiendo toda mi capacidad de concentración y, a pesar de que
esta faceta de mi vida era la que quería dejar atrás, ahora comprendo que las
cosas se deben medir con los pies en el suelo.
El
otro día contesté un comentario de José Antonio donde me daba un sabio consejo,
a él le agradezco de todo corazón esas palabras y también el libro que me ha
enviado. ¡Sacaré tiempo de donde haga falta para leerlo! ¡No sabéis la ilusión
que me hace!
Sus
palabras me hicieron recordar la contradicción que vivía cuando no encontraba
trabajo de aquello que había estudiado, cuando mi único anhelo era alcanzar los
sueños de infancia que había relegado a la última posición cuando mi
disortografía se convirtió en una barrera infranqueable.
Fueron
unos tiempos convulsos, difíciles de asumir. Me prometí entonces que no iba a
decantarme por nada, aunque en mi interior lo único que esperaba era una
llamada, un mail, una noticia. Era como estar dentro de una moneda con dos
caras equidistantes y muy alejadas: los números contra las letras.
La
probabilidad de lanzar una moneda al aire y que ella decida por ti es del 50%
para ambos lados, nadie sabe con certeza cuál va a ser el definitivo ni el que
decante la balanza. En
mi caso decidí dejar que fuera el tiempo quien posara la moneda en el suelo y el
destino me llevo hacia los números.
Y
aquí estoy, trabajando sin descanso, estudiando, buscando la manera de aprender
todo lo que me falta para asumir mi cargo con la responsabilidad que conlleva,
dando todo lo que puedo y más, ilusionándome con ello. Aunque mi otro mundo no
puedo olvidarlo, las letras forman parte de mí, son una extensión de mi propia
naturaleza, dan forma a la imaginación que bombardea mi mente continuamente, la
moldean en el papel y la dejan impresa para siempre, aunque se quede asida a mi
ordenador, anclada en la imposibilidad de salir a la luz.
He
repasado una y otra vez las palabras calladas de una comida de junio (ya os dije
que no podía evitar dar un montón de vueltas a las cosas). Con la perspectiva
que me proporcionan los meses transcurridos puedo ver las verdades que se
esconden entre líneas y la realidad que
envuelve a ese encuentro, así que ha llegado el momento de asumir y de no
seguir esperando algo que posiblemente nunca llegue.
Así
que el destino ha hablado. Quizás nunca pueda ver publicadas mis novelas, pero
sí voy a poder seguir escribiendo aquí y encontrando nuevos amigos, conservando
otros y despertando la curiosidad de quien quiera leerme. ¡Es genial tener este
rinconcito donde dejar una constancia escrita de mis mundos paralelos!
¡Muchísimos
besos para todos!!!! ¡Os deseo un feliz sábado!
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