Punto y aparte.
Buenos días!
Ayer llegamos a Estavar de noche, cuando el frío azotaba las montañas con
inusitada fiereza y congelaba el interior de esta casa que tantas alegrías me
aporta. Ahora el sol luce impasible en el exterior, con un dominio absoluto
sobre el cielo azul y claro, acariciando con su luz la naturaleza y regalándome
una sonrisa.
Es muy temprano
y estoy sola en el salón, mi familia duerme apaciblemente en sus camas mientras
yo contemplo en silencio las llamas que me calientan, unas llamas que yo misma
he encendido y de las que me siento muy orgullosa; no siempre supe encender la
chimenea a la primera…
A veces me
sorprendo de las dualidades extrañas por las que camino. Soy activa, habladora,
movida, agitada, pero adoro el silencio, la soledad matutina, la tranquilidad
de sentarme frente a la chimenea y ver danzar el fuego mientas escribo en el portátil.
Quizás haber nacido bajo el signo de Géminis me convierta en una persona de
contrastes.
Recuerdo con
pasmosa claridad mis desvelos de jovencita, cuando soñaba con un mundo lleno de
historias, de mundos imaginarios, de horas de solitaria entrega a urdir tramas
cargadas de emoción. Y sé que este sillón donde ahora estoy es en parte un
lugar parecido a la buhardilla en la que me proyectaba, una buhardilla de
madera, repleta de libros, con una exigua lámpara que iluminaba el papel que yo
emborronaba con mi letra manuscrita.
Pero escribir
no era lo mío, las caras de las profesoras a las que confesaba mi vocación eran
siempre iguales, se contraían en un rictus de seriedad, como si les costara
encontrar las palabras para explicarme que yo era incapaz de darles coherencia
a los textos, de tejer un capítulo leíble, de componer una frase sin fallos
gramaticales y ortográficos.
—Dedícate a las
matemáticas —me decían.
Y yo le hice
caso.
Ahora ya no
me imagino un mundo de colores donde las ilusiones se hacen realidad. He
aprendido a no esperar, a no sentir que el tiempo se acaba, a no desesperarme
si no llegan las noticias. Cada mañana me levanto con una sonrisa y me digo a
mí misma: «Pat, tienes tantas cosas maravillosas que se acabó la escritura,
punto y a parte.»
Creo que el
tiempo pone a todo el mundo en su lugar y le da la importancia justa a las
cosas; madurar requiere de un aprendizaje difícil y a veces doloroso que nos
prepara para vivir de otra manera. Necesito un receso, un descanso, un punto y
seguido en mi historia personal.
Las
responsabilidades en mi trabajo tras el ascenso son altas y no puedo faltar a mi
compromiso con él. Y eso me resta muchas horas para promocionar, para escribir,
para pensar y para avanzar en un mundo que parece una jungla donde por más
machetazos que des sigues encontrando lianas en el camino.
El oasis de
paz que respiro cuando subo a las montañas me transporta a esos instantes de la
niñez en los que me sentía viva, feliz, soñadora. La roca de Marta era mi lugar,
mi escondite de mundo exterior, el espacio que destinaba a vivir intensamente
un futuro lleno de horas para crear.
Últimamente
siento que se terminó, que cuando en enero termine con mi agente cerraré un capítulo
de mi vida que difícilmente se volverá a abrir. Tengo La Baraja abierta, con
una felicitación de una persona a la que aprecio muchísimo y sus notas para
mejorarla. Esta novela la escribí aquí sentada, en verano, en soledad, con una retahíla
de ilusiones encendidas por las palabras de mi agente y un sinfín de momentos mágicos.
Es curioso
como al releer los párrafos descubro el momento exacto en el que lo escribí. Huelo
el aroma que me acompañaba, me descubro sentada en un lugar, escuchando el
rumor del viento, el terapéutico silencio de los días soleados, sintiendo
aquellas cosquillas en el abdomen, la adrenalina fluir por mis venas, mis pensamientos
traspasar la barrera de la imaginación para construir un mundo de frases
enredadas en el papel…
No sé si
quiero pulir, creer, releer y luchar, solo sé que el tiempo camina hacia
delante con su porte altivo, regalándome momentos repletos de emoción que me
encaminan hacia un futuro incierto. ¡Y ese futuro es muy extenso!
¡Feliz día! J
Un muy feliz sábado.
ResponderEliminar¡Igualmente! :-)
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