¡Buenos días! Se terminó el fin de semana… ¡Qué pena! He aprovechado para descansar, desconectar y no pensar en las mil cosas que tengo en la cabeza. ¡Me encanta la paz y el sosiego que proporciona no tener obligaciones en dos días!

Parece que las sugerencias de Antonia J. Corrales acerca de sumarle un subtítulo a El Secreto de las Cuartetas y cambiar un poco la sinopsis funcionan. De momento he conseguido que aumenten tímidamente las ventas. ¡Eso me sube la moral!!!

¿Sabéis? Aparcar por dos días las elucubraciones acerca del futuro y de las conversaciones mantenidas la última semana me ayuda mucho a ver la realidad con una nueva perspectiva. ¡No puedo ser siempre igual de transparente! ¡Ni permitirme el lujo de creer tanto en los demás!

La vida es un continuo giro de emociones, sensaciones y pensamientos. Sólo nosotros podemos enfocar cómo queremos vivir las situaciones, el poder de ser feliz reside en nuestro interior, en nuestros pensamientos, en la ilusión que le pongamos a cualquier tarea.

No puedo seguir escuchando una vez tras otra lo mismo, no quiero estar pendiente toda mi vida de algo que no me ayuda a caminar con la cabeza alta, no deseo hundirme al ver que mis esfuerzos nunca llegan al lugar donde supuestamente deberían. Por una vez quiero creer en mí, sin la lacra de los comentarios de mis profesoras cuando era pequeña ni las que escucho ahora. Necesito pensar que el pasarme horas y horas trabajando con ahínco durante tantos años ha servido para algo.

Luchar no es sólo decir: “voy a hacerlo”. Luchar es levantarse cada mañana y pensar cómo acatar la batalla ese día, darle vueltas a la situación y actuar, aunque las acciones no den frutos en ese instante y los sueños no lleguen a materializarse con rapidez. Cada pequeño gesto, cada pequeña palabra, cada pequeña batalla emprendida nos proporciona un conato de felicidad. Y quizás algún día esas brasas encendidas con empeño puedan encender la hoguera que nos llevará a la cima de nuestras ilusiones.

¡Así que arriba ese ánimo, fuera lágrimas, adiós mala pata! Se acabó el lamentarse por lo que no se tiene, hoy todos empezaremos a celebrar lo que hemos conseguido. Porque seguro que en nuestras vidas hemos alcanzado muchas cotas interesantes.

Estoy contentísima por esas 12 reseñas de Amazon, por las reseñas aparecidas en los blogs, por las ventas que ha tenido mi libro y por las magníficas personas que he conocido a lo largo de estos meses. ¡Y también me hace feliz mi familia, mis amigos, mis sueños y mis progresos!

¡Así que ahora mismo me voy a ir a rehabilitación con una enorme sonrisa dibujada en mi rostro! ¡Voy a secar las lágrimas y las angustias! ¡Voy a aniquilar todo cuanto no me ayuda a sonreír! ¡Y seguro que valdrá la pena!

¡Feliz día!