Monkey Cave y los manglares
¡Buenos días!
Hay instantes en los que te percatas de que la vida te ofrece mil emociones
escondidas en forma de pequeños logros. Hace poco saqué a la venta Ecos del Pasado en formato papel,
pensaba que sería difícil venderlo, a pesar de un precio reducido y un millar
de ilusiones, en Amazon cuesta vender el papel. Hoy me he despertado con las
ventas de dos ejemplares en USA la semana pasada, lo miro solo el fin de
semana, y dos nuevas reseñas en Amazon.com de cinco estrellas. ¡Qué bonito es
verlas! Valió la pena arriesgarme y subir la novela al concurso, desde que
decidí hacerlo se han sucedido las buenas noticias.
Así que el
lunes me voy a tirar a la piscina y a nadar, aunque sea a contracorriente, para
alcanzar un pedacito de mis sueños.
De vuelta a
Phuket…
Tras una hora y pico en la ban llegamos a la Monkey Cave, donde visitamos el
Suwankuha Temple, un templo colocado dentro de una cueva natural muy grande.
Paseamos por el interior, empapándonos con la cultura tailandesa, recorriendo
la parte del paraje natural y deleitándonos con el contraste de la naturaleza y
la mano humana.
El lugar era idílico, unos manglares que se adentraban en el mar y nos
mostraban la exuberante vegetación de aquellos lares. Altas rocas escarpadas
motean el agua a escasa distancia, alzándose majestuosas en medio de la nada.
Con nuestros chalecos salvavidas obligatorios subimos a bordo. El espectáculo
era sobrecogedor y el olor a salitre, mezclado con la brisa que nos llegaba
aderezaba el momento con emociones intensas.
¡Feliz día! J
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