Sin ideas

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Uffff, hoy esta frase es un eufemismo… La lluvia repiquetea furiosa en el exterior, apagando la mañana y sumiéndola en una grisácea melancolía que me empuja a meterme de nuevo en la cama, arrebujarme con el nórdico y pasarme las horas imaginando mundos paralelos… Si fuera tan sencillo…
No me toca otro remedio que subirme a la moto, tapada con el horrible chubasquero amarillo de Port Aventura, cruzar los dedos y conducir hasta el despacho, donde se acumulan un montón de papeles y tareas para llenar las diez horas seguidas de trabajo de hoy.
Las ideas que tengo en la cabeza para nuevas tramas no acaban de cuajar. Demasiados pensamientos inconexos que no me inspiran esa emoción necesaria para que mis dedos deambulen curiosos por el teclado, presos de la magia de vivir una aventura al otro lado de la realidad.
Algún día tenía que agotarse la inspiración… Seis novelas en veintidós meses, acompañadas de una intensa necesidad de averiguar qué les pasaba a los personajes, me han dejado seca. Quizás es la manera que tiene mi mente de enseñarme la ruta a seguir. Hay que decidir qué quiero hacer con el material que atesora mi disco duro, mover los manuscritos, valorar la posibilidad de conseguir una nueva agente literaria…
Estoy convencida de que tarde o temprano tendré aquel flash que me alcanza de repente y me induce a crear una nueva trama. No sufro por la falta de ideas, estoy muy feliz con la situación actual, a pesar de que si hace un año llego a quedarme compuesta y sin agente lo hubiera visto de otra manera.
Ecos del Pasado sigue imbatible. Hace ya cuatro meses y medio de su publicación y no hay día en el que el marcador de ventas esté a cero. Supongo que ese momento llegará, todo en la vida tiene su fin, pero de momento saber que hay gente leyéndola me llena de autoconfianza.
Y ahí estará prontito la portada de El Secreto de las Cuartetas, su publicación en papel, la posibilidad de atesorar un libro en la estantería de casa. El día que llegue sé que las lágrimas no cejarán en el empeño de inundarme los ojos con la emoción propia del momento.
A veces miro hacia atrás y me percato del largo camino recorrido estos años, de los pequeños logros que me han acompañado, de cada uno de los momentos que consiguen arrancarme una sonrisa. Es precioso sentir el calor de las personas cercanas, comentar con mis beta las novelas, escribir simplemente por el placer de crear una historia…
No sé dónde me conducirá el ahora ni si quizás acabe en manos de una nueva agente o de una editorial grande o de Amazon… Mi único anhelo es no dejar nunca de escribir.

¡Feliz día! J

You Might Also Like

0 comentarios: