Corregir, corregir, corregir...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! Los días avanzan rapidísimo, apenas tengo tiempo de retener unas pequeñas horas en mi haber para darme cuenta de que ya estamos a mayo…
     Durante los últimos días me he dedicado a corregir una y otra vez RANP, con la extraña sensación de que la historia de mis personajes necesitaba un poco más de trama, con detalles olvidados en la primera versión.
     Los doscientos siete folios se han convertido en doscientos treinta y dos, con más de ciento veintitrés mil palabras… Sí, le he dado un empujón, sumando ideas, instantes, escenas y un sinfín de frases necesarias para no dejar lagunas.
     Es la primera vez que corrijo así, buscando huecos, analizando cada tramo del libro, con la necesidad de sumar y no de restar, como si requiriera vislumbrar una historia completa, con muchísimos momentos álgidos y una intensidad suficiente para atrapar al lector.
     Bruno y Aurora me parecen una pareja especial, les he cogido cariño. A veces la ficción supera en muchísimos aspectos la realidad, me atrapa, me absorbe y me lleva a sentirme parte de las vidas de los personajes, como si traspasaran la frontera entre los mundos imaginarios y los reales y me acompañaran en mis horas solitarias.
     Esta novela consigue sacar lo mejor de mí, darme las pautas para corregir con una visión distinta, con la suficiente distancia como para descubrir cada cabo suelto, cada palabra mal colocada, cada detalle sin explicar lo suficiente.
     Tengo muchos proyectos, estoy ilusionada con ellos, con deseos intensos de regresar a los manuscritos guardados en el disco duro del ordenador, de darles una salida, ya sea en Amazon, en concursos, en editoriales…
     Solo el tiempo tiene la llave para decidir el destino de cada uno de ellos, yo de momento voy a sonreír cada mañana, a encontrar la vía directa hacia la mejora de los textos, la inspiración para escribir sinopsis, resúmenes, cartas de presentación y cualquier requisito indispensable para continuar adelante, sin desfallecer.
     A veces un cambio de visión consigue lo imposible, te lleva a un nuevo rumbo, con nuevas y emocionantes metas redimensionadas, con la capacidad de encontrar una vía directa a la felicidad.

¡Feliz día! J

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