Una pequeña crónica

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Tras un fin de semana espectacular en las montañas, sola con mi marido, ayer regresé a casa con la triste noticia de la muerte de un gran amigo de mi padre, Marco, su compañero de música, la persona con la que tocaba una vez cada quince días en La garrafa del Beatles y en verano en el bar Rosa Azul de Caraqués. Le echaremos de menos, se pierde una persona maravillosa.
Hoy quiero hablar acerca de la presentación. Me costó mucho rebajar mis emociones para verla en perspectiva y disfrutar de cada momento. Pasé excesivos nervios antes de sentarme detrás de una mesa a compartir con casi noventa personas esta experiencia inolvidable.
Soy una tonta sentimental, el viernes acabé llorando en casa por la tarde, sola, sin ser capaz de escribir ni una palabra en el ordenador. Entre el estrés por el retraso de los libros (llegaron el mismo jueves a la librería) y la inquietud por saber si vendría gente, me pasé doce días sin dormir.
Y llegó el día. ¿Recordáis aquella sensación que te asola tras la boda o una fiesta importante? Te pasas meses preparándolo y de repente piensas, «¿Ya está?». Pues fue así, pasó en un suspiro, apenas conté con tiempo de pensar y ya estaba hablando, contestado preguntas, agradeciendo a mis amigos su presencia…
Josep Capsir estuvo impresionante, su presentación fue perfecta, con un toque de gracia y bien medida, es un gran autor y un gran comunicador. Tuve un pequeño amago de llorar cuando me tocó hablar. Me había pasado el día entero mentalizándome para no hacerlo… ¡Y lo dominé!
Ayer visioné el vídeo del evento, uno que mi cuñado Oscar filmó. ¡Mil gracias! Estaba un poco asustada, verme al otro lado de la pantalla no suele gustarme. Inspiré una bocanada de aire y lo puse. Me vi muy natural, sin subterfugios, hablando como lo hago siempre. Analicé las respuestas, mi discurso y la manera en la que afronté el hablar delante del público, y me gustó, porque conseguí mostrarme tal como soy.
Me hubiera gustado comentar algunas cosas que me había preparado, explicar las charlas con mis compañeros de trabajo en el bar o los mediodías, explicar qué siento al escribir, transmitir lo importante que fue El Secreto de las Cuartetas para mí en el momento de escribirla… Pero en el momento solo hablé de Mabel, mi motor para continuar escribiendo, a pesar de su lejanía. De Senda, de Mercè, de Mara, de mi padre y de mi hermana.
Quizás es la primera y la última presentación, ¿quién sabe dónde me llevará mi vida literaria? Lo mejor fue estar ahí, saber que por fin tengo una novela publicada con editorial, que la gente me respaldó muchísimo y que me ofrecieron una feliz tarde. Con esto soy feliz.
Este fin de semana he hablado con una amiga del pasado. Suelo ser demasiado sentimentalista y me emociono con los reencuentros, sin embargo tengo claro que la calidez del jueves me demuestra lo mucho que he conseguido estos años, la cantidad de personas que cada día me demuestran su afecto, su cercanía, su deseo de caminar a mi lado. Ya no necesito echar la vista atrás, prefiero continuar por mi presente…

¡Feliz día! J

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