Malo malísimo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Parece que por fin la lluvia ha dejado de aparecer en las calles para llenarlas de luz y color. ¡Qué bonito será el día con sol! Y más con un precioso fin de semana largo a la vuelta de la esquina.
Ayer avancé muchísimo en la última revisión de Un día más sin ti.  Me gusta esta historia, tiene el grado suficiente de intensidad para que las lectoras puedan conectar con los personajes. Maduran, aprenden a lidiar con el dolor y crecen, aunque quizás cueste entender a Zack.


Para esta serie decidí crear a un personaje con una personalidad muy negativa y especial. No voy a dar el nombre del malo malísimo para no estropear la sorpresa a las personas que todavía no han leído la primera parte, pero sí me gustaría hablar acerca de él.
Quería a alguien diferente a los psicópatas sanguinarios de otras de mis novelas. Una persona que disfrutara haciendo daño a los otros de una manera retorcida, destruyéndolos una y otra vez, sin darles la oportunidad de rehacerse de un golpe antes de volver a mover ficha para asestarles un nuevo golpe.


Es un malo maquiavélico. No tiene nada que ver con el psicópata de Ecos del pasado ni con el malvado de Perdida en la niebla ni con el Asesino de la Baraja ni con Ángel Ponsard, el marido de Marta en El secreto de las cuartetas.
Utiliza su ingenio para destruir a las personas sin moverse de la silla, goza viendo cómo sufren, cómo se desmoronan, cómo los lleva al límite con sus acciones pensadas y medidas con la idea de hacer daño.


Mis otros malos sentían placer matando, torturando, viendo cómo sus víctimas morían en directo. En cambio este personaje prefiere una tortura psicológica. Es perverso. Y a medida que avanzan las novelas aumenta su grado de maldad, hasta hacer pasar un infierno a los protagonistas en la última novela.
Crearlo ha sido una gran hazaña, su manera de intensificar el acoso a los protagonistas gana terreno con el paso del tiempo, se siente confortable en su papel, tiene deseos de herir y aprende a gozar del padecimiento ajeno haciéndose adicto a él.


Su coeficiente de genio le otorga la capacidad de jugar con las autoridades, las personas a las que asedia y los sentimientos ajenos. ¿Podrán atraparlo? ¿Detenerlo? ¿Conseguir vivir en paz? ¿Averiguar la razón de esta manera de actuar?

¡Feliz día! J

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