Mi vida sin ti

9:34 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Esta noche apenas he conseguido conciliar el sueño y es que a veces me cuesta enfrentarme a según qué situaciones con la entereza necesaria para avanzar en la dirección correcta.
Por suerte al día siguiente veo las cosas desde otro prisma mejor. La luz de la mañana es perfecta para acompañarme y darme una visión positiva. ¡Hoy es viernes!
Quiero hablaros un poco de Mi vida sin ti, una buena lectura para el fin de semana.


Escribir una serie de libros tan larga como Sin ti sin bajar el listón es difícil porque los tres primeros libros eran muy intensos. Cuando inicié el cuarto lo hice con una idea diferente a la historia final, pero me encantó el resultado porque introduje muchas subtramas interesantes y llenas de misterio.
Plantear la relación entre Steff y Swan para el quinto fue importante a la hora de escribir Cuando estoy sin ti porque la situación era demasiado parecida a la de Zack y Julia y no tenía intención de escribir algo parecido.
A veces son los propios protagonistas quienes me muestran el camino. Ellos crecen en mi mente, se apoderan de mis emociones y las llevan hacia un lugar concreto desatándolas como si fueran un huracán capaz de arrasar con todo.


L
a personalidad de Swan la tenía muy definida. Es un hombre temperamental, lleno de pasión y con un pasado doloroso. Le cuesta superar lo de Tess, pero es suficientemente maduro para entender que no puede seguir al lado de Steff por culpa de los mil obstáculos que le separan. Por eso toma una decisión difícil al final del cuarto libro y se enfrenta a ella al principio del quinto.
Steff lo ha pasado mal en su vida, ha ido de una casa de acogida a otra sin encontrar la estabilidad y cuando al fin tiene la posibilidad de establecerse en un lugar, va y se enamora de su hermano de acogida, que encima es trece años mayor que ella y militar. Su forma de ser es enérgica, impulsiva, llena de chispa, con una visión tan entusiasta de la vida y una terquedad que la convierte en una mujer muy pasional.




El choque entre ellos era evidente cuando esbocé la novela y la pasión desbordante y esa forma de acercarse con peleas secretos que saldrán a la luz y las escenas eróticas. Su carácter me llevó ahí, me enredó en esa trama subida de tono y me ayudó a darles una historia con un sobresalto final que le viene como anillo al dedo a la siguiente novela. La última. Esa con la que me tocará despedirme de ellos para siempre y que al final se convirtió en un thriller en toda regla.  


Lara, la administradora del blog Between us, ayer publicó una reseña (enlace). Me hace ilusión que haya descrito a Steff y a Swan tal como yo los concebí porque a veces las lectoras no los sienten igual. Es cierto, al escribirla intenté mostrar que a veces un hombre de treinta años puede comportarse como un crío y que una chica de dieciocho también tiene la capacidad de mostrar una forma de actuar más adulta, más madura. También intenté poner introspección, ya que en este caso no era una historia que se gestara en esta novela. Ellos ya estaban enamorados desde el final de la otra y no podían olvidarse. Por eso su forma de actuar es diferente, no tiene el misterio de conocerse, solo de su relación sobrevivirá a los secretos y al paso del tiempo.
Me encantaría que la leyerais.
¡Feliz día! J

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