Pensando en positivo

10:01 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Ayer me acordaba de la cita de un antiguo entrenador del Barça: siempre positivo, nunca negativo. Louis van Gaal duró poquito al frente del equipo, pero a pesar de no ser nada aficionada al fútbol, le recuerdo con cariño porque su mujer me compraba en la tienda de ropa de mis padres, donde yo trabajaba entonces.


Esos años han quedado atrás, pero siguen presentes en mi memoria. Compaginaba mis labores financieras, contables, fiscales y administrativas con la venta al público. Y me gustaba mucho esa faceta, buscar el vestuario para cada una de las mujeres que entraban, prepararles el conjunto completo, decir siempre la verdad sin herir sensibilidades, ayudarlas a sentirse bien con sus cuerpos y sus estilos.
Me recuerdo sentada a la mesa de detrás del mostrador frente a mi portátil gigante, mis libretas, mi diccionario de sinónimos y mis libros de consulta para seguir hilvanando una historia entre clienta y clienta. Siempre emocionada con una escena, con una idea, con un giro de la trama…


¡Ha llovido muchísimo desde entonces!
La mujer de Louis van Gaal era muy agradable. Y ayer me volvió a la memoria, cuando me di cuenta de cómo necesito a veces recordarme la cita de su marido.
No siempre es fácil ver las partes positivas de las situaciones, pero soy una fiel defensora de la necesidad de hacerlo. Es el mejor ejercicio para ver la realidad con un prisma adecuado.
En eso estoy, valorando cada pequeño logro, sonriendo como una tonta cada vez que las cosas salen bien, alegrándome por las pequeñas metas conseguidas y aprendiendo a ver el vaso medio lleno.


Ayer salió en pre-venta Lo di todo por amarte (enlace) y se sitúo en un buen lugar de las listas de Amazon. Es tan maravilloso saber que estáis ahí, que tenéis ganas de leerme, que la idea de conocer a Aiden y a Zofia os interesa…
Para mí cada una de las historias es especial. Me llena el corazón durante mucho tiempo, los personajes se convierten en mis compañeros de viaje, la sensación de acceder a su mundo con la mente es increíble y se convierte en algo adictivo porque durante las horas en las que la trama invade mi interior puedo ser otra persona, vivir aventuras alucinantes, llorar, reír, enamorarme, enfadarme, alegrarme… ¡Y sin que nada de ello afecte a mi realidad! Porque en la ficción siento como si hubiera cruzado un puente entre el mundo real y el imaginario.
¡Feliz día! J

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