Serenidad
¡Buenos días! La paz a veces viene de momentos tranquilos, de dejarse llevar por la ausencia de rutina, por dejarse seducir por la belleza del campo, de las montañas, del silencio.
Porque la serenidad es algo intrínseco al alma, a la sensación de calma que te produce la ausencia total de ansiedades y pensamientos recurrentes.
Dar de baja en tu alma un sentimiento, un recuerdo o un arraigo no es tan fácil como coger el archivo en el Mac y arrastrarlo hasta la papelera. Porque hay rastros en tu interior, demasiados pensamientos, demasiados recuerdos.
Sin embargo no quiero perder mis horas sintiendo el arraigo, abrazándome al pasado sin mirar a la cara el futuro.
Voy a dar un paso. Esta vez en una dirección concreta. Sin presiones, sin angustias, sin dolor. Solo un paso. Caminando hacia la aceptación, el desapego, la intención de construir un nuevo horizonte.
Quizás con el tiempo acabe en un lugar parecido o consiga reinventarme.
Llegue a donde llegue voy a ser feliz.
Porque me lo he prometido a mí misma y lo deseo con ferviente emoción. Porque la vida bien vale ilusiones y anhelos.
Porque quedarse varada en un lugar donde no me valoran lo suficiente es una equivocación y no va a destrozarme.
Porque da igual lo que suceda, si algún día me echan o no en falta, es el pasado y ahora debo construir el presente.
Sé que habrá de todo. Instantes de flaqueza, quizás algún llanto, ansiedad y un poquito de nostalgia mientras siga asida a lo mismo durante un breve periodo de tiempo. Pero al final del túnel habrá luz, una cegadora.
Porque cuando una puerta se cierra se abre una ventana en cualquier otro lugar y nos proporciona esa bocanada de aire necesario para capear los malos momentos con una sonrisa de ilusión.
Reinventarse es un proceso necesario en este momento. Buscar un nuevo proyecto de vida que me interese lo suficiente para dejarme la piel y el alma para construirlo va a convertirse en el centro de mis desvelos a partir de ahora.
Porque preocuparse por lo que va a quedar atrás es no desarraigarse. Y lo más necesario para mí en estos instantes es desligarme de un lugar donde ya no tengo cabida.
A veces nos parece que la vida es injusta y buscamos una forma de luchar contra esa injusticia. Pero cuando no hay posibilidad de ganar es mejor cerrar los ojos para caminar hacia otro lugar donde podamos construir una vida mejor.
Llegará. Estoy convencida. Un día abriré los ojos y observaré el camino recorrido hasta un mejor ahora. Y sonreiré feliz, sin cadenas, sin lastres, sin dolores. Solo con alegría.
La paz de estas montañas me es beneficiosa para el alma.
Me la llevaré para aspirarla en los malos momentos, para sonreír al recordarla, para siempre.
¡Feliz día! J
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