Lúa #UUDC (personajes)
¡Buenos días! Parece que los fines de semana el sol se quiere esconder y durante los días laborables prefiere asomarse para acompañarnos.
A mí los días grises me apagan y los soleados consiguen arrancarme sonrisas. Y hoy no dejo de levantar las comisuras de mis labios para abrazar la ilusión de ver los rayos de sol colarse por mi ventana mientras escribo.
Ayer tuve una preciosa conversación con una amiga acerca de los personajes literarios, de cómo nos afectan y me encantó porque en mi casa es difícil que me comprendan o que puedan llegar a percibir siquiera esa atadura emocional que desprenden cuando leo o escribo. Y es intensa, incluso a veces deja resaca.
Uno de los protagonistas más difíciles de crear para mí fue Lúa, de Un último día conmigo. Es la persona más diferente a mí que he conocido y muchas veces debía reescribir porque le daba demasiado peso emocional cuando ella se reprime constantemente, hace litas de pros y contras, lo analiza todo veinte veces e intenta dejar fuera de las decisiones sus sentimientos.
Pero no es fría ni calculadora ni nada parecido. Solo es una persona reprimida, alguien que ha pasado toda su vida escondiendo lo que siente, buscando una forma de racionalizar todo cuando le sucede.
Tiene una meta en la vida. Se casa con su amor de toda la vida, su único amigo, el hombre que ha vivido con ella en un pequeño pueblo de la Costa Brava desde que sus padres se casaron y con quien lo ha compartido todo durante muchísimos años.
Pero a veces las metas trazadas se desdibujan. Y eso afecta mucho a alguien como Lúa porque ella es fiel a sus ideas, sabe qué quiere y cómo lo quiere, por eso puede seguir con su forma de sentir.
Su marido la engaña, en el hospital le niegan la plaza que le habían prometido… No puede continuar el camino recto hacia la cima porque esa cumbre ya no existe.
Le cuesta enfrentarse al final de su matrimonio porque no solo deja atrás a un marido, sino a toda una vida, a su único amigo, a todo cuanto tiene. Y dejar el hospital también la hunde.
Por eso, cuando su mundo se desmorona, rompiendo todos y cada uno de sus esquemas, decide dar un giro a su vida para seguir los pasos de su padre e irse a África con Médicos sin fronteras.
Ahí descubre la importancia de sentir en alto, de dejarse llevar a veces por las emociones, de dejar de mantenerlo todo bajo control. Porque no podemos decidir a quién amar ni a quién querer ni quién nos va a caer bien.
A través de los sucesos, Lúa descubre la amistad y el amor.
Poco a poco va relajando su actitud, su forma de mantener los sentimientos enjaulados y, aunque nunca deja de escribir sus listas, es capaz de expresar emociones, de dejarlas salir y de arriesgarse.
Porque la vida es riesgo, y más en el tema de las relaciones.
¡Feliz día! J
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