Sueños, alegrías y anhelos
¡Buenos
y preciosos días a todos y a todas! Sigo sin ver el día que hará, la ventana
está muy oscura, es muy pronto y no puedo intuir qué decidirá el cielo para la
jornada de hoy, ¡pero espero que el sol siga luciendo en el cielo!
Han
pasado ya tres días desde mi mail a Màrius Serra, así que quizás no me responda
y la entrevista se quede en agua de borrajas, pero todo y así me hizo ilusión
conocerlo y saber que lo intenté. Una de mis mayores ilusiones es conocer las costumbres,
las formas de escribir, la manera de encarar la narración, de utilizar la
imaginación, de sentir y de motivarse de otros escritores.
Gracias
al blog y al Facebook he conseguido contactar con muchos inéditos y otros
tantos publicados que me han descrito su forma de escribir. Con algunos me he
sentido reflejada, como con María Martínez del blog de Anxana, que cuando leo
sus hábitos a la hora de escribir o su manera de afrontar la vida parece que me
mire en un espejo y vea mi propio reflejo en otra cara.
¡Desde
pequeñita desee conocer a otros como yo! Pensad que una niña con mi imaginación
era un tanto rara. Había momentos en los que mis mundos imaginarios eran tan intensos
que traspasaban la barrera de la realidad y se convertían en mis compañeros de
viaje.
La
verdad es que el hándicap de mi disortografía jugó un papel muy importante a la
hora de tragarme las creaciones y no permitir que nadie las conociera. Escribía
para mí sola, en una libreta secreta, sin decírselo a nadie ni atreverme a
mostrar aquellos escritos que plasmaban lugares imaginarios, historias
inventadas y los desvelos que sentía.
Cuando
a los quince años escuché por enésima vez de labios de mi profesora de segundo
de BUP que debía renunciar a todas las carreras de letras, que yo no podría jamás
ser escritora y que debía dedicarme a las matemáticas, que se me daban muy
bien, quemé todas las libretas menos dos que se habían quedado escondidas en un
cajón y que rescaté de allí el día en el que embalé mis cosas para casarme e
irme a mi nuevo hogar.
En
esa época deseé tantas y tantas veces hablar con alguien que sintiera esa
fuerza creativa tan fuerte que me asolaba, que me vapuleaba con ideas,
fragmentos, personajes y emociones diversas. Era una necesidad vital, una
frustración que se había quedado enredada en mi interior y que durante los años
venideros fue luchando para ganar terreno poco a poco.
Estudié
económicas y me especialicé en contabilidad. En mis ratos libres seguía
tejiendo historias en mi mente, pero abandoné el hábito de escribirlas, tenía
un trauma, una sensación de no ser capaz nunca de escribir sin faltas de
ortografía y con una letra legible. ¡Pero las vocaciones no se pueden
arrinconar para siempre!
Cuando
nacieron mis dos hijos y cumplí los veintinueve me sentía vacía, sin metas
profesionales que me llenaran lo suficiente como para batallar en el mundo de
las empresas. Sabía que mi sueño todavía latía en mi interior como un ascua que
podía prender en cualquier momento. Y decidí intentarlo, estudiar durante un
tiempo la ortografía que se me había resistido, aprender todo aquello que me
faltaba y sentarme delante de un ordenador a ver si era capaz de hilvanar una
novela.
De
ahí surgieron tres manuscritos en dos años y medio. Fue una experiencia catártica,
extraña, intensa. Dejé de comer, de dormir, de vivir mi presente, de sentir lo
que sucedía a mi alrededor para pasarme todas las horas libres permitiendo que
esas cosquillas que se instauraban en el estómago llenaran los folios y
eclosionaran en los capítulos, los personajes, los mundos paralelos. ¡Fue como
si la frustración creativa que había anidado en mi interior durante años se
desatara como un ciclón que arrasaba todo lo que encontraba a su paso!
El
lunes empiezo a trabajar muchas más horas de las actuales, en tres empresas en
vez de dos y con una implicación mayor en los temas contables y fiscales. Por
un lado estoy entusiasmada, ¡encontrar un trabajo en el que te valoren con los
tiempos que corren es un éxito! Y además, como mi jefe va a ser el mismo en las
tres empresas y es un jefe fantástico, me siento muy afortunada. Pero por el
otro siento que mi sueño se desvanece y se diluye en mi otra vida. Y no sé, es
como si en el fondo pensara que nunca dejaré de escribir, pero que tampoco
cumpliré mi sueño.
Mi
horario de trabajo va a empezar a las ocho de la mañana, así que no sé con
certeza si me va a dar tiempo de colgaros la entrada antes de irme, pero lo
intentaré. Si no lo logro reubicaremos la hora de escritura diaria, ¿OK?
¡Os
deseo un día fantástico!!!
agafaràs el ritme, podràs escriure, treballar i fer-ho tot :) deixa un temps d'adaptació :)
ResponderEliminari tranquil.la, que en Màrius S. contestarà, tard o d'hora ho farà!!!!
Pat tienes suerte de tener trabajo y llevarte bien con tu jefe.
ResponderEliminarA mí me pasa que cuando estoy bloqueada o no puedo escribir, se me forma la peli dentro de la cabeza, de verdad, de principio a fin. Y cuando no puedo dormir voy a mi rincón secreto de mi mente y pongo una de esas pelis que esconde mi mente. Se que suena extraño, pero en el pasado trabajaba muchas horas en invierno (cuando estoy mas inspirada) y ahora al estar enferma, las musas me miran mal por que la mitad de las veces estoy bloqueada y no puedo escribir. Eso si, mis ideas siguen dentro de mi mente.
Seguro que encuentras la forma de no renunciar a tus musas, estoy segura de ello. ¿sabes porque? Porque necesitas imaginar, escribir, sentir a tus musas como la mayoria de escritores.
Ari! ¡Espero coger el ritmo rápido! ¡Si no ya me verás estresadísima en el despacho de delante! Jajajajaja. A ver si es verdad que va a responder....
ResponderEliminarSilvia! La verdad es que no me quejo, tengo un buen trabajo, un buen jefe y un futuro fabuloso ante mí. Y la verdad es que no estoy bloqueada con las novelas, por eso me da un poco de rabia perder los momentos que les dedicaba, pero mi trabajo también me hace sentir realizada, ¡así que todo se andará!
¡Un beso a las dos!!!!
Pat!! Con lo hiperactiva que tu eres seguro que encuentras tiempo para hacerlo todo... Además, cuando des el pelotazo con la Baraja y sus secuelas podrás retirarte a escribir!!
ResponderEliminarPaciencia con Serra, seguro que te contesta. Y si no, pues él se lo pierde.
Saludos!!
¡Tienes razón José Antonio! Seguro que de una manera o de otra voy a poder con todo, ahora que lo de escribir una novela en tres meses creo que sólo fue una vez! Aunque voy progresando con Oros, ¡ya voy por el folio 105!
ResponderEliminar¡Ojalá se cumplan tus predicciones y La Baraja llegue a las librerías! Entonces tendría un gran dilema, porque mi trabajo también me gusta.... ¡Pero sería la mujer más feliz del mundo!
Y prometo buscar eso que empieza por p y no tengo nunca, ¿OK?
¡Un beso! ¡Y pasa un gran fin de semana!
Este post me ha tocado la fibrita sensible, ¿será porque también soy economista? jejeje
ResponderEliminarCreo que las personas cuando nos planteamos que vamos a ser en un futuro deberíamos poder escuchar "hagas lo que hagas y seas lo que seas trabaja duro, formate muy bien en ello pero sobre todo piensa que te tiene que hacer feliz cuando lo hagas porque vas a estar la mayor parte de tu vida haciéndolo".
Creo que muchas personas estarían dispuestas a ganar bastante menos dinero pero haciendo algo que les llenara y que les permitiera ir con una sonrisa a trabajar. Estas decisiones se toman siendo demasiado inmaduros para ello y no vamos a engañarnos, romper con lo que "eres" o has estudiado y cambiar de vida es muy duro en todos los sentidos.
Y que conste que para lo que se supone que estudie me encantó...lo que no me gusta es en lo realmente se trabaja con ella jajaja
¡Hola J.! A mí me gusta mi trabajo, me encantan los números y los entiendo muy bien.De jovencita, cuando renuncié a la literatura, quería hacer matemáticas puras... ¡Ya ves!
ResponderEliminarPero también me encanta escribir y crear.
¡Soy gémines! Jajajaja. De ciencias y de letras, un poquito de todo...
Creo que el destino será quien decida hacia donde conducen mis pasos y si seguiré o no solapando ambas facetas de una misma vida. ¡El tiempo dirá!
¡Un saludo!