Un nuevo principio
¡Buenos
días! Me he levantado un poquito más pronto para seguir tecleando como cada
mañana y poder colgar el post a mi hora, antes de iniciar un nuevo día con
muchas novedades. ¡Espero aguantar el nuevo ritmo sin desfallecer!
La
verdad es que a mí me cuestan mucho los cambios, aunque sean a mejor, porque de
repente tengo que adaptarme a un nuevo esquema diario y romper con el anterior,
lo que significa reorganizar todas mis tareas. ¡Pero lo voy a lograr! Tal y
como decía el otro día José Antonio, yo puedo hacerlo y lo haré.
Quizás
con este cambio de horario lo que más se resientan sean las novelas. Todo el
tiempo libre con el que contaba lo invertía en escribir y bailar, pero ahora
deberé repartir las horas entre tantas cosas que evidentemente mi productividad
narrativa va a disminuir considerablemente.
Antes,
rebajar la intensidad de escritura me hacía sentirme culpable, era como si
estuviera renunciando conscientemente a mi sueño para dedicar las horas a otras
cosas. Ahora lo veo muy distinto. ¡Llevo tantos años priorizando la escritura!
Cuando
estaba sin trabajo y buscaba activamente un empleo no paraba de repetirme que
era mi oportunidad, una fantástica para triunfar en aquello que llevaba
deseando desde pequeña. Pero también me decía que si encontraba un buen trabajo
y era feliz en él sería el destino quien habría elegido mi camino. ¡Y el
destino ya eligió!
En
realidad soy una afortunada. ¿Quién hoy en día consigue más trabajo en vez de
reducir su jornada? Ayer una amiga que vino a pasar la tarde a casa me lo dijo
varias veces, y tiene razón. Muchas veces nos empeñamos en buscar la felicidad
donde no la vamos a encontrar y nos obcecamos tanto que no vemos lo que tenemos
delante.
Le
envié una breve presentación sobre mí a Màrius Serra junto con una entrevista
para ir colgándola en el blog a plazos (es demasiado larga par un solo post) y
en las pocas palabras que invertí en hablar de mi afición por la escritura
recapitulé los años que hace que intento cumplir mi sueño: ¡Diez largos años
sin desfallecer!
Ese
cómputo me ha hecho reflexionar muchísimo acerca de mis prioridades. Para
llegar hasta este punto me he dejado la piel estudiando, trabajando, creando,
puliendo y corrigiendo los manuscritos una y otra vez. He dado todo lo que tenía
y más. Ante las dificultades he buscado maneras de aprender todo aquello que me
faltaba, ante las correcciones he intentado encararlas con objetividad y muchas
ganas, ante la falta de noticias de mi agente he aguantado sin desmoronarme.
Siempre
me ha guiado esos sueños infantiles y quizás mi impaciencia se deba al esfuerzo
que hice al principio por arrinconar la disortografía y lograr escribir sin
faltas ortográficas y gramaticales.
Me
han dicho varias veces que mi impulso, mi necesidad de conseguirlo y mis ansias
de convertirme en escritora editada vienen de la frustración de escuchar un
millón de veces durante mi infancia que yo nunca lograría escribir un libro. Es
posible, esa sensación de desafío ha permanecido asida a mí desde que cada una
de mis profesoras de infancia y juventud me machacaba con mis carencias de
lecto-escritura.
Sin
embargo, ha llegado la hora de recapacitar, de contar, de ver y de pensar. No
voy a dejar de escribir nunca, es parte de mí. Tampoco voy a dejar de luchar
por mejorar en el trabajo, por aprender cada día un poquito más y por ganarme
el puesto que me han ofrecido cada día.
Así
que a partir de ahora voy a cambiar mis prioridades, no voy a angustiarme
cuando un día no me apetezca utilizar mis horas libres en la escritura como me
pasó el sábado, me pasé la tarde acabando de ver la tercera temporada de Fringe
(creo que vi nueve capítulos seguidos) ni si los correos de la agencia se
quedan en el limbo de la nada ni si me abandona la inspiración. Sencillamente
voy a vivir el presente tan fantástico que me ha tocado y a disfrutar de cada
una de las experiencias que me ofrezca. ¡Quizás todos deberíamos apuntarnos a
este carro!
¡Pasad
un gran día!
Patt!! Espero que te haya ido bien en tu primera jornada intensiva. Y no te preocupes si escribes menos, mientras lo hagas tan bien como hasta ahora. Ya sabes que el mundo editorial no va a la misma velocidad que tu.
ResponderEliminarConociéndote un poco ya me imagino que habrás acribillado a Serra con preguntas... Me gustará ver esa nueva faceta tuya de entrevistadora.
La verdad es que eres un poco extrema para todo. ¡Nueve capitulos de Fringe de un tirón! Madre mia. Yo sólo vi la primera temporada y parte de la segunda. Estaba bien, pero empezó a complicarse demasiado para mi gusto. A lo mejor algún día me reengancho.
Saludos!!
¡Hola José Antonio! ¡Acabo de llegar a casa!!! ha sido un poco cansado despertarme tan pronto, tantas horas seguidas y de un lado a otro,... Además ahora me queda todo el trabajo de casa... ¡Pero estoy contenta de tener trabajo! ¡Y este horario! En cuanto a Fringe... ¡a mí me gusta! Es interesante el planteamiento que empieza al final de la segunda temporada.
ResponderEliminar¡Un beso!!!!
Hola Pat!!! Veo que el primer día de intensiva ha ido muy bien. Me alegro mucho.. te iba a desear suerte (aunque no la necesitas!!! ) por la mañana pero entre pitos y flautas ha sido imposible...
ResponderEliminarPor cierto Fringe es genial... pues si la segunda y la tercera son complicadas, la cuarta ni te cuento... me tiene super enganchada!!!
Besos
¡Gracias guapa! Ha sido un día un tanto agotador, ¡me he levantado a las 6.06 para no abandonar el blog! Y luego trabajar durante ocho horas sólo parando media para comer... ¡Pero vale la pena!
ResponderEliminarEstoy pinchando a mi marido para que me encuentre la cuarta temporada de Fringe, ¡que el sábado no podía parar el reproductor! ¡Cada final de episodio me dejaba más intrigada! ¡Y necesitaba ver el siguiente! Jajajajaja ¡Ya te contaré cuando la tenga!
¡Un súper beso!!!!!