¡Qué tarde es!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy me he dormido, hace una mañana horrible y tengo pocas ganas de irme a trabajar, pero es lo que hay… Entro para compartir con vosotros cuatro líneas y despejarme un poco.
Llevo retraso con la última novela, voy como montada en un coche que sufre constantes paradas en seco. De repente la inspiración me hace circular a una velocidad increíble y mis dedos surcan el teclado con rapidez, y sin previo aviso se cala en mitad de la nada dejándome yerma de palabras.
Por suerte al cabo de poco tiempo vuelve a arrancar, meto primera y con facilidad llego a la sexta. Es curioso como algunas veces la manera de actuar de mi cerebro me deja en la cuneta durante unos días para luego deslizarme demasiado rápido por una autopista despejada.
En mi periodo oscuro estos parones me angustiaban, me marcaba un ritmo de escritura y si no lograba seguirlo me sentía mal. Ahora utilizo el tiempo para cocinas, pasear, charlar con mis hijos o simplemente jugar con el iPad. Sé que tarde o temprano las historias volverán a mí.
Ayer me pasé la tarde en la cocina, innovando platos y preparando otros de siempre. Hice croquetas de jamón, caldo de pollo, rollitos de jamón y queso y una crema de judías verdes con curry. ¡Me quedó genial! Es un lujo tener tiempo para cambiar un poco el menú.
También bailé y descansé un rato en el sofá… ¡Fue un día completo!
Hoy parece que lloverá, el exterior está completamente gris, con una oscuridad impropia de esta hora… Quizás por eso me he dormido…
No me gusta la lluvia, los días grises me apagan, como si fuera una flor marchita en medio de un prado triste y solitario. Son jornadas que me dejan con un regusto amargo, melancólico incluso…
Igualmente me he propuesto sonreír. Esta noche tengo una apoteósica clase de baile con Alberto que me ayudará a dejar a un lado los recuerdos para sumergirme de lleno en los pasos que siguen el compás de la música.
¡Feliz día! J


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