Sol, tranquilidad, descanso...

10:01 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Sol, tranquilidad, horas de descanso y una novela que fluye despacio, con sentimientos encontrados que vapulean mi interior y una historia intensa. Me gusta el lugar donde me ha llevado la corriente, la manera en la que las lecturas de un pasado remoto se ocupan de dirigir mis ideas actuales.
Ayer fue un día de emociones, con amigas que se van, otras que regresan y charlas larguísimas a la vera de una comida interesante. De las últimas reuniones de mediodía extraigo conclusiones difíciles de acatar. Cuesta un mundo despegarte de tu zona de confort para embarcarte en un rumbo incierto, sin tener claro qué te depara el mañana ni trazar un esquema del futuro.
Para avanzar hay que arriesgarse, aunque te cueste un ataque de ansiedad y signifique vencer el miedo a lo desconocido. Más vale un salto al vacío que no moverse del sitio donde te sientes a salvo. No se sabe qué hay bajo tus pies cuando te decides a cerrar los ojos y lanzarte por un precipicio, puede que encuentres un colchón que te recibe con los brazos abiertos…
Llevo demasiados años anclada en una cala donde el agua es serena, con una calma chicha que ahoga de calor y no permite que el barco surque los mares. He hecho algunos amagos de capitanear el timón que han acabado por mover unos metros la embarcación, pero no es suficiente.
Cada día recibo más propuestas para buscar alternativas diferentes a las comunes, pero sigo con un resquicio de miedo a lo desconocido, con la sensación de que estoy bien en mi espacio, de que quizás esta vez las cosas fructifiquen. Aunque la evidencias son otras…
Hace sol, tengo a mi marido en la otra punta del mundo, a mis hijos durmiendo apaciblemente en sus camas y una mañana entera para dedicarla a lo que me apasiona de verdad. Quiero acabar DUO cuanto antes para corregir antiguos manuscritos y decidir si van a ver la luz algún día de una mano o de otra. Se acabó el permitir que acumulen polvo en el ordenador.
El día de Sant Jordi caminé por las paraditas donde varios escritores conocidos firmaban sus libros. Había cola en algunos y nadie en otros, cosa que me demostró la cara amarga de la moneda. ¿Y si te pasa eso? ¿Y si consigues publicar y nadie viene a comprarte el libro?
Antes veía a los escritores como unas personas diferentes, grandes, inconmensurables. Ahora sé que somos gente normal, con nuestras vidas cotidianas, nuestros trabajos, nuestras familias y un sinfín de creatividad asomando por las frases que tejemos en el papel.
Hay que enfrentarse a las variables, no dejarse llevar por el miedo o la envidia o la egolatría. Lo mejor es saber dónde te metes y no esperar demasiado, permitir que sea el tiempo quien te muestre los serpenteos para que los vayas afrontando a medida que se presenten.

¡Feliz día! J

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1 comentario:

  1. ¡Vaya! "No sé porqué, pero me recuerdas bastante a Juan Palomo".

    Es evidente que tratas de transmitir algo que tus propias palabras contradicen: ellas intentan seguir fieles tus intenciones; pero, sin embargo, dejan evidencias de frustración, resquemor... En fin, mi comentario es con respecto a lo que percibo entre líneas.

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