Barcelona-Manila
¡Buenos días! Viajar es una
experiencia apasionante, no solo por el momento en el que descubro una parte del
mundo desconocida, sino porque también se llena de instantes álgidos mientras
preparo la ruta junto a mi marido, miramos webs de reserva de hoteles para
encontrar la mejor opción al mejor precio, pensamos las actividades que nos
apetece realizar en el destino e investigamos acerca de los datos útiles del
país.
Filipinas consta de más de siete
mil islas, hay demasiados lugares paradisíacos para visitar, un sinfín de
playas llenas de coral donde nadar y una naturaleza para explorar que complica
la elección.
Nosotros solemos comprar los
billetes con mucho tiempo. Es el primer paso para un viaje tan largo y lejano, decidir
destino y encontrar las mejores opciones de precio para volar.
Asia suele ser un continente con
billetes económicos, tanto en el trayecto internacional como en el nacional.
Nosotros usamos Skyscanner para encontrar los mejores precios. No solo miramos
Barcelona-Manila, también valoramos aterrizar en cualquier país asiático
cercano y valernos de una compañía low cost
para enlazar ciudades.
Esta vez encontramos que Emirates
tenía unos precios disparados respecto a otros años, así que lo descartamos.
Seguimos mirando opciones, todavía era diciembre, así que íbamos bien de
tiempo. Tras valorar varias opciones acabamos comprando un vuelo de Turkish a Manila
vía Estambul con escalas cortas. Solo quedaba decidir si al llegar dormiríamos
en Manila o volaríamos a otro lugar para aprovechar mejor el tiempo.
Los desplazamientos a Asia suelen
conllevar la pérdida de un día como mínimo ya que la diferencia horaria suma
seis horas y los vuelos suelen durar un mínimo de quince horas. Salíamos de
Barcelona a las 18:55 y llegábamos a Manila al día siguiente a las 18:55… Después
de mucho buscar encontré una compañía que no sale ni en el Skyscanner llamada
Cebú Pacífic que ofrecía un vuelo manila-Cebú a las 22:30. Y opté por
comprarlo. El viaje hasta Cebú iba a durar más de veinte horas, pero así
podíamos salir rumbo a Bantayan el día siguiente a primera hora y aprovechar al
máximo los días de viaje.
La huelga encubierta del personal
de seguridad de El Prat nos hizo ir antes de lo previsto al aeropuerto. Frente
al mostrador de facturación había una cola kilométrica y la espera se hizo
larga y pesada. Acabamos sentados en el suelo, mis hijos inmersos en las redes
sociales, mi marido navegando por Internet y yo leyendo.
Tras un par de horas de colas,
nervios y embarque llegamos al avión, donde nos anunciaron un retraso de más de
una hora. En vez de pasar doce horas en el aparato fueron más de trece,
llegando tardísimo a Estambul. Allí apenas contamos con tiempo de correr hasta
la puerta de embarque para no perder el siguiente vuelo, pero entonces
anunciaron un nuevo retraso…
Me pasé gran parte del vuelo de
tres horas y media hasta Manila sufriendo por el siguiente vuelo. Cuando
llegamos el comandante anunció por megafonía que debíamos sobrevolar la zona durante
un mínimo de media hora. Mis nervios iban en aumento, si la cosa seguía así
perderíamos el siguiente vuelo…
¡Feliz día! J
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