Llegó el 2019...
¡Buenos días! Y muy feliz entrada en 2019.
He estado ausente, de vacaciones, recargando pilas,
escribiendo, leyendo, pasando ratos agradables con mi familia y llenándome con
la emoción de los días compartidos con los míos, sin tantas obligaciones y solo
contando con la alegría de vivir rodeada de personas maravillosas.
Empiezo 2019 con propósitos menos ambiciosos que otras
veces, pero lo suficientemente grandes como para aportarme felicidad, sonrisas,
entusiasmo y un sinfín de momentos cargados de emoción positiva.
He terminado mi bilogía llamada 4ever, pero no tengo claro cuál será su destino ni si me apetece
publicar tanto en 2019 ni si quiero probar suerte en otras editoriales. Mi
único anhelo es escribir. Llenar folios y más folios con las historias que
moran en mi mente sin detener nunca el flujo de ideas, con la ilusión constante
de estar acompañada por mis personajes, mis tramas, mis ensoñaciones.
Hay pocas cosas que me emocionen tanto como charlar con mis
amigas acerca de mi última novela o sobre esa luminosa idea que aparece en mi
mente y fructifica con rapidez.
Los debates son mi mayor aliciente. Aunque he de admitir que
muchas veces mi imaginación echa el resto y cambia la mayor parte de las cosas.
Pero siempre lo hace cogiendo pedacitos de sus sugerencias, envolviéndolas en
un manto de cariño y llenándolas con escenas de mi propia cosecha.
Eso para mí es tocar el cielo con las manos. Estar
acompañada, tener amigas de verdad, de esas que jamás imaginé me traería la
vida, compartir con ellas ese pedacito de mi alma, dejarles entreverla,
mostrarme sin subterfugios y sentir cómo mis novelas crecen con sus consejos.
2018 ha sido fructífero en historias. Terminé Cuando el destino nos encuentre, una
historia donde presente y pasado se dan la mano en Filipinas, una tierra
cargada de lugares espectaculares. Llegará a vuestras manos en mayo y ahora
estoy dándole vueltas a la portada. Escribí LDTPA, una novela más emotiva, con
un alto contenido sentimental y una historia intensa. Inicié y acabé la bilogía
4ever, lo más parecido a Sin ti que he escrito hasta la fecha. Es
una historia que todavía ahora tengo tatuada en los pensamientos, Brenda y
Dylan están ahí, asaltándome en instantes puntuales y haciéndome sonreír. Y he
empezado SUS, adentrándome de nuevo en la novela fantástica que había dejado
hace años.
Vamos a ver qué trae 2019…
Quiero compartir con vosotros esta reseña de Cristina, la
administradora del blog Estoy entre
páginas (enlace). Todavía recuerdo las emociones intensas que me
recorrieron el cuerpo cuando escribía Un
último día conmigo. Es tan bonito despertar algo parecido en los lectores.
Y la verdad, aunque sea solo uno ya vale la pena continuar creando historias.
¡Feliz día! J
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