Confinamiento
¡Buenos días! Los días pasan y seguimos en casa, pasando las horas y preguntándonos a dónde nos conducirá esta crisis, cómo sobreviviremos al después, si cambiará algo nuestra forma de vivir. Porque salvar vidas es básico, pero una vez lo consigamos, ¿qué será de nuestra economía? ¿De nuestros sanitarios? ¿De nuestra vida?
No me gustaría estar en este momento en el pellejo de un jefe de estado porque no hay decisiones fáciles ni acertadas del todo. No hay una forma sencilla de enfrentarse a la situación ni se puede prever qué sucederá después.
Pero la realidad es que hay demasiada gente pasándolo mal, demasiada incertidumbre, demasiado colapso en el sistema sanitario y demasiadas muertes… En mi familia ha habido una. Dolorosa, surrealista, horrible… Dejar morir a alguien a quien quieres sin despedirte, sin estar a su lado, dándote cuenta de que no le verás nunca más es muy duro. Y más si ahora, tras su final, hay que esperar a tener hora en el tanatorio para recoger sus cenizas. Sin el velatorio, sin la despedida, sin compartir con los allegados ese momento.
No voy a ser de las tres personas que tienen potestad para acudir al tanatorio, no era tan cercano, pero me hace llorar pensar en eso, en las miles de familias que están en la misma situación, en lo que está pasando, en el drama de los médicos, en la angustia del personal de enfermería, en la capacidad de un virus de poner al mundo en jaque de esta forma.
Es como vivir en una de esas películas de pandemias que me parecían lejanas e imposibles.
Los jabalíes de Collserola se pasean por la Diagonal a sus anchas. Los delfines invaden la costa. Las palomas atacan a las personas. Se escuchan más pájaros que nunca. El triunfo de la naturaleza es increíble. Y también se ha rebajado en mucho la contaminación.
¿Qué pasará?
A mí me viene a la mente El quinto día, ese libro de Frank Schätzing que me leí hace años, donde las criaturas marinas atacan a la tierra. O la película The happening (El incidente), donde es la naturaleza la que encuentra la forma de rebelarse contra los humanos. O incluso la película Ultimátum a la Tierra, donde son los extraterrestres los que quieren castigar a nuestro planeta por los actos humanos en su contra.
Entre muchas otras, porque la serie de Netflix V wars también aparece en mis pensamientos, y la película de hace mil años llamada Epidemia.
Pero hay muchísimas más. Aunque en la vida real quizá no tengan ese final perfecto…
En fin. Seguiremos pasando los días lo mejor posible, esperando un desenlace, buscando formas de cambiar nuestras prioridades mientras permanecemos confinados.
Leo, escribo, limpio la casa, cocino y estoy con mi familia. Esa es la parte positiva. No pierdo el contacto con mis amigas ni con mis padres y mi hermana, he conseguido escribir una novela entera en un mes e intento sonreír a diario, aparcando mi futuro por un tiempo.
¿Y vosotros?
¡Feliz día!
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