De envidias y sentimientos
¡Buenos días!
Una semana más nos despertamos dispuestos a retomar nuestras rutinas laborales.
Bueno, la mía últimamente se ha convertido en irme andando con la muleta hasta
el centro de rehabilitación, estar ahí dos horas y media trabajando la rodilla
y regresar luego a casa a descansar y a trabajar en las novelas, la promoción,…
Hoy he leído
un artículo muy interesante en el que se hablaba acerca de los éxitos en Amazon
y de las envidias que pueden levantar las novelas situadas en el Top 10.
Siempre
encontramos gente malintencionada que mide sus fracasos criticando los éxitos
ajenos, como si realmente la única manera de ganar una batalla fuera hundir al
contrincante. Esa actitud desmonta por completo la camaradería que debería ser
inherente a los de una generación literaria, a los que intentan ganar lectores
a base de promoción, trabajo y tesón.
Cuando veo a
un autor en la cúspide mis sentimientos se encuentran, chocan, se disparan,
oscilan de un lado a otro de la balanza emocional. Si es un escritor o una
escritora a la que conozco personalmente me alegro muchísimo por ella o por él,
y me alegro de corazón, porque siempre he creído que todo el mundo tiene
derecho a encontrar el reconocimiento que merece y a alcanzar sus sueños. Así
que el primer impulso es escribir una sincera felicitación.
Mi segunda
sensación no la puedo evitar. Es como si me asestaran un golpe en el pecho,
como si un conato de frustración se transformara en un puño y me mostrara la realidad.
Durante unos segundos repaso mi propia trayectoria, mis éxitos, mis fracasos,
mis anhelos, mis ilusiones… Pero nunca pienso que mis novelas merezcan ser
leídas más que otras, simplemente deseo que se lean y me encantaría compartir
ese lugar con otras obras que evidentemente también merecen estar ahí.
La envidia es
un sentimiento que despierta lo peor de los seres humanos. ¿Qué se gana despotricando
acerca de una novela que puede ser buena sólo para vencer el dolor de verse
relegado a los últimos puestos? La respuesta es clara: nada, no se gana
absolutamente nada más que un dolor más intenso.
Mi postura es
clara. Duele y alegra al mismo tiempo, así que se deben reconocer los éxitos
ajenos y seguir luchando por los propios. Toda novela merece ser leída y si
nadie se atreve a comprarla, ¿cómo pueden estar seguros de si es buena o mala?
En ese sentido la suerte juega un papel importante, así que se deben tirar los
dados tantas veces como haga falta para lograr la mejor tirada. Y como os he
dicho muchas veces: más vale morir luchando que morir sin haberlo intentado.
Y ahora
llegamos al tercer sentimiento, al que me ayuda a vivir con optimismo y
alegría: el resurgir del Ave Fénix. Tras unos momentos de dolor viene la inevitable
fuerza para continuar el tortuoso camino de la promoción, la autoconfianza y la
lucha por mis metas. Y ahí me quedo durante muchos días, siempre pensando que
si no es hoy, será mañana, pero que todo llega…
Siguiendo la estela del optimismo y la ilusión
se me ha ocurrido una idea para promocionar El Secreto de las Cuartetas. ¿Qué
os parecería si cada semana analizamos juntos una cuarteta de Nostradamus? ¡Hay
tantas! En el blog de la novela podría poner una profecía semanal y ofrecer una
posible interpretación, luego los lectores deberían escribir sus propias
conclusiones y entre todos encontraríamos mil maneras de leerla… ¿Os parece
acertada la idea?
De momento os
invito a leer la entrada que preparé ayer, una en la que doy algunos datos
acerca de Michel de Notredame, el hombre que se esconde tras el profeta…
(enlace).
¡Os deseo una
feliz semana! Y acordaros de enviarme vuestras preguntas para la semana de mi
cumpleaños….
Yo pienso que un poquito de envidia sana es saludable. Pensar "me gustaría estar en el top 10 de libros más vendidos, igual que le ocurre a X persona".
ResponderEliminarA partir de ahí, solo nos queda seguir en el camino: escribir, escribir, escribir. Descansar también cuando haga falta. Y, desgraciadamente, promocionar, que es un verdadero coñazo.
En cuanto al tema que propones, parece interesante. ya nos avisarás cuando cuelgues una cuarteta. Puede ser muy divertido leer distintas interpretaciones.
Pues te doy la razón, promocionar es lo más duro... ¡A mí me gusta escribir! Pero es lo que hay, sin promoción no llegas a ninguna parte... ¡Te aviso con lo de las profecías! ¡Feliz día!
EliminarPat, admiro tu sinceridad.
ResponderEliminarYo, ya lo he dicho otras veces, no creo que exista la envidia sana, creo que existe la envidia, sin más.
Otra cosa es el legítimo deseo de llegar a donde otros han llegado, pero entonces deberíamos preguntarnos cómo lo han conseguido ¿qué debería hacer yo para lograrlo? y ponernos manos a la obra para mejorar lo que sea necesario.
Tal vez no podamos, no todos estamos dotados para lo mismo ni tenemos la misma suerte, que tambien es un factor a tener en cuenta.
Pero lo que no soporto es la hipocresía. La gente que te aplaude y por otro lado insinua tu falta de méritos y deja clara su frustración y su envidia, que de eso hay mucho.
Besos
¡Hola Lola! Yo soy de las que opinan que mejor decir las verdades a la cara que ir por detrás y hablar mal de la gente a sus espaldas... ¡Eso me ha ocasionado más de un problema!
EliminarCuando digo que duele es más por preguntarme a mí misma qué estoy haciendo mal que por envidia. ¡Yo admiro a los que están ahí! Y tengo mi propio gusto, a lo mejor una novela no es de mi estilo o de mi agrado, pero no por eso considero que no merezca el puesto que tiene. ¡En la capacidad de decidir qué te gusta está la libertad!
Vale, quizás la suerte no es tan importante, no se debe desmerecer las múltiples acciones de las personas que están tras un éxito, pero ahí me vas a dar un poquito de cancha, ¿vale?
¡Espero que la suerte siga de tu parte muchísimo tiempo!
BESOS
Pat, yo creo que eso de pensar: "qué bien" pero sentir en el fondo que quieres que a ti también te vaya bien es normal...Es lo que nos hace humanos, como te han dicho antes, el verdadero problema es pasar de ahí a transformar ese puño de frustración en una acción para dañar a otro o para dejar que nos dañe a nosotros mismo... Este camino de la literatura es complicado... Darse a conocer no es fácil, pero cuando se logra es gratificante...Ya verás que a ti también te llegará su momento!!!
ResponderEliminarTienes razón, es difícilisimo darse a conocer, por eso cuando alguien lo consigue me alegro por él o por ella.
EliminarAyer sólo expliqué una realidad que muchos se guardan para ellos. No lo encuentro malo ni raro, creo que todo el mundo que esté en una posición parecida a la mía siente algo parecido, lo que pasa es que muchas veces cuesta reconocerlo.
Nunca he creído que las cosas se solucionan atacando a los demás, de hecho critico siempre a los políticos por adoptar esa actitud. Creo firmemente que es uno mismo quien debe trabajar y encontrar la manera de darse a conocer, ¡los demás también tienen derecho a estar ahí!
¡Feliz día!
Querida Pat, ¿qué es la suerte? A veces la suerte es no llegar a donde se quiere cuando se quiere.
ResponderEliminar¿Qué es la suerte? Acaso alguien piensa que otro ha llegado a la cúspide de algo, al primer puesto, por ejemplo, de... (Lo que sea). Pero tal vez esa persona ya está pensando en llegar más lejos.
¿Qué es la suerte, entonces?
Hay una bella historia sobre este tema, yo siempre la tengo presente...
Un abrazo.
¡Pues mándame la historia de la suerte! Yo valoro la mía: tengo una familia estupenda, unos hijos maravillosos, un marido perfecto... ¡Pero también me gustaría alcanzar mis sueños!
Eliminar¡Un beso!
Pat, busqué en Internet la historia de la "Buena suerte o mala suerte" que te explicaba. Está en varías páginas. Te dejo este enlace: http://todofluye.wordpress.com/2007/06/01/buena-suerte-o-mala-suerte/
ResponderEliminarSi tus sueños están en el camino que sigues, los encontrarás.
Un abrazo.
¡Me ha encantado la historia Pilar! Los proverbios chinos siempre esconden una moraleja interesante... ¡Lo voy a aplicar a mi vida! :-) ¡Un beso!
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