Reflexiones, dudas, decisiones... ¿Qué me depara el destino?
¡Buenos días! El domingo se ha despertado soleado
y perfecto para una barbacoa en familia. ¡Me encantan las barbacoas! El aroma
de la carne, la naturaleza a tu alrededor, la compañía, el aire libre… Es una
perfecta manera de pasar las horas y de disfrutar de una de las mil
posibilidades que ofrece la montaña.
Ayer aproveché mucho las tranquilas horas que me
regalan estos parajes para corregir El Secreto de los Cristales. Todavía me
queda muchísimo trabajo por delante, pero a medida que avanzo en la historia
voy recordando los momentos en los que tomaba forma en mi mente para crear los
laberintos que ahora la conforman y la confianza en el manuscrito regresa a
raudales.
Llega un momento en nuestras vidas en el que
debemos entender que hay un punto y aparte. Durante años he escrito sin parar,
reuniendo siete novelas de distintas temáticas en el ordenador. Algunas de
ellas, como el Secreto de las Cuartetas y La Baraja, las trabajé de manera
intensa para ofrecerlas a la agencia lo mejor posible. Otras se quedaron tal
cual las escribí.
Podría continuar escribiendo la saga El Pentáculo,
una serie de cinco libros que se inicia con La Baraja… Quizás debería pulir
Oros (la segunda parte ya escrita) y proseguir la escritura de Bastos (una
historia que tengo delineada en mi mente e iniciada en el Word) por si acaso mi
agencia me encuentra editorial… Pero ha llegado el momento de ver la realidad,
de encarar una verdad que me he negado a escuchar durante demasiado tiempo: la
confianza se gana, la credibilidad se extrae de actos, momentos y respuestas y
las expectativas deben crearse cuando no se puedan desmontar. Así que mientras
las ventas de Amazon se mantengan estables y la posibilidad de subir nuevas
novelas cobra fuerza en mi interior, entiendo que debo parar y mirar atrás.
Corregir, preparar, dar forma a los manuscritos
que tengo terminados y probar suerte como editora independiente se perfila como
la mejor opción en el momento actual. El mercado literario está parado, casi no
se mueven títulos nuevos ni se vislumbran perspectivas para las personas que
llevamos demasiado tiempo esperando nuestra oportunidad.
Llevo seis años apostando por una misma agencia,
escuchando sus consejos, repasando los textos con sus sugerencias, aceptando el
no saber qué pasó con El Secreto de las Cuartetas y avanzando en un intrincado
camino donde las curvas cerradas no me dejan ver un final claro.
Durante años deseché los consejos de amigos,
conocidos y personas desconocidas que escribían en blogs dedicados al mundo
editorial. Cuando me decían que estar en una de las mejores agencias del país
no era sinónimo de publicación yo sacaba pecho y defendía mi decisión de seguir
ahí a capa y espada, creyendo que tarde o temprano iban a luchar por mi
trabajo.
En estos instantes ya no sé qué pensar. Me dijeron
que El Secreto de las Cuartetas no se podía publicar, que se quedaba en el
camino, que no estaba al nivel requerido. Y yo les creí con un dolor intenso en
el corazón. Cualquiera que dedique más de tres años a un proyecto y deba
renunciar a él comprenderá mi frustración. Ahora, tras un mes y medio en
Amazon, siete comentaros de cinco estrellas y algunos mails privados en los que
lectores anónimos me han confirmado su opinión positiva acerca de la novela,
veo las cosas desde un prisma distinto. ¡Quizás ha llegado la hora de sacar a
la luz mi trabajo y abandonar la escritura de la saga un tiempo!
Mis reflexiones mañaneras llegan incluso más
lejos. El camino de la publicación digital es lento y arduo. Encargarte tú
misma del marketing cuesta un esfuerzo mayor del que pensaba en un principio,
pero los resultados suelen verse a largo plazo y, aunque de momento las ventas
son de un ejemplar al día, para mí es mucho más que la espera tras el teléfono
y el mail, la intensa desazón que me invade cuando mis correos no reciben
respuesta y cuando veo que los meses se suman con un silencio angustioso.
La conclusión a la que llego tras evaluar todas
las variables es clara: corregir, pulir, apostar por Amazon y aparcar las esperas interminables que minan
mis nervios, unas esperas que de momento no me han llevado a buen puerto. Y,
quién sabe, a lo mejor me quedo en el camino o quizás algún día la suerte
cambie… Pero pase lo que pase sabré que lo he dado todo, que mi esfuerzo ha
sido el máximo y que todo ha valido la pena.
¡Feliz día!
Ay, estamos tantos escritores en lo mismo... Al final yo hice bien en sacar mi novela por mi cuenta, porque nadie le iba a dar bola de cualquier manera, y por lo menos ahora está al alcance del mundo globalizado. ¡¡Suerte con cualquier emprendimiento que decidas acometer!! Yo te apoyaré con la promoción.
ResponderEliminarEstoy segura de que ese es el camino, Gissel. ¡Te deseo muchísimo éxito!!! ¡Y gracias por estar ahí!
Eliminar¡Un beso!
Hoy descubrí tu blog, y me a parecido muy interesante el nombre de "crear mundos paralelos", soy poco asiduo a la lectura, pero cuando tomo un libro lo leo profundamente, buscando el final, atraves de página, tras página, hasta alcanzarlo; poco a poco me iré profundizando en tu obra, si tu lo permites..
ResponderEliminarEL
¡Bienvenid@! Me encantará que me des tus opiniones, ¡siempre son bienvenidas! Muchas gracias por asomarte por aquí.
Eliminar¡Un beso!
El fin siempre es la literatura, la buena literatura... Como escritores madurar al tiempo que lo hacemos como personas y encontrar nuestro estilo. Luego, sea en digital o en papel, el tiempo se encargará de la selección final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Suelo reflexionar en voz alta en el blog... Tal como dices la última palabra acerca de un libro la tiene el público... BESOSSSSS
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