Ideas inconexas

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llevo un par de semanas con la cabeza revolucionada, con mil ideas que deambulan furiosas por su interior sin acabar de asentarse, una novela empezada que no acaba de tomar cuerpo, otra en la recámara que no sé si algún día escribiré y un sinfín de imágenes inconexas de mis deseos para los míos.
Supongo que es la manera que tiene mi cerebro de reiniciarse, es como si estuviera reseteándose, con una explosión de historias que no acaban de encontrar el cauce para plasmarse en la hoja del Word.
Aunque mi disciplina es férrea y cada día lo intento, con mi trillada selección de canciones lentas que despiertan emociones intensas en mi interior, el ordenador en el regazo, sentada con muchísimos cojines a mi alrededor y un vaso humeante de Rooibos de vainilla…
Aspiro el aroma de la infusión, me encanta el olor a las especies. Cierro un instante los ojos para trasladarme con la mente al lugar donde está Júlia en este momento, pero no acabo de verla ni de sentirla. Y no quiero dejar esta novela, me apetece terminarla.
Mi ventana me muestra un día gris y apático. Hace frío, lo noto en la atmósfera… Me apetece encontrar el cauce correcto de las frases acompañada de una visualización perfecta y armónica de la situación, ponerme en la piel de la protagonista para ayudarla a descubrir su destino, pero sigo con la sensación de que hay miles de gotas condensadas en mi cabeza con ideas dispares que no consiguen formar un puzle claro.
Quizás los últimos acontecimientos me han golpeado ofreciéndome una visión distinta de la realidad. El idealismo se queda atrás, hay que tocar de pies en el suelo y darse cuenta de que en las novelas todo fluye con la facilidad que tú le quieras otorgar, mientras que en la vida real muchas veces los deseos se truncan.
Está claro que mis dos lectoras beta que han terminado EDP han quedado contentas con el argumento. El principio es previsible, pero una historia de amor anunciada en la sinopsis tiene eso, ¿no? Hay un instante de la novela en el que el argumento da un giro y nos encontramos en un estadio diferente, uno en el que hay un misterio y mucha tensión. Y ahí mis lectoras dicen que ya no saben por dónde voy a salir…
Una de ellas afirma que mi manera de ver el amor es idílica, normalmente las relaciones no se forjan así, los sentimientos aparecen según el rumbo de nuestras comunicaciones y no pueden ser tan intensos desde el inicio. Discrepo. La química entre dos personas nos induce a sentir, a pesar de que las evidencias muestran la imposibilidad de una relación o la dificultad que entraña acercarse a la otra persona. Las reacciones del cuerpo son la prueba fehaciente de que el amor nace de una atracción y nos atrapa en sus redes sin que nosotros podamos controlarlo. Aunque sin comunicación, cercanía y salidas es imposible que se cultive una relación.
Me he propuesto explorar las diferencias entre la psique masculina y la femenina, encontrar una manera de explicar la manera de actuar de cada sexo y ver si hay un nexo. Quizás las cosas son más sencillas de lo que pensamos…

¡Feliz día! J   

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