Islas Cham (Hoi An II)
¡Buenos días! Estamos llegando al final de mi viaje a Vietnam… ¡Qué pena!
En Hoi An estuvimos tres maravillosos días. Tras el primero de playa, el segundo nos decidimos por un tour mañanero que resultó un fiasco. Fuimos con unas barcas de bambú por el río. Y al volver probamos la magnífica gastronomía de nuestro hotel.
La tarde la dedicamos a descansar, a pasear por el pueblo, a descubrir tiendecitas, a tumbarnos en la piscina… Y cenamos en un súper restaurante que me encantó: Good Morning Vietnam (enlace).
Ese día fue de descanso y la verdad es que estuvo genial porque a veces es necesario parar un poco de la actividad febril.
Nuestro último día en Vietnam lo dedicamos a las islas Cham, una zona de playa impresionante cerca de Hoi An. La verdad es que vale la pena, aunque la única manera de ir es con un tour preparado al que a mi gusto le sobran muchas actividades. Intentamos buscar la alternativa de ir por libre, pero si no quieres quedarte a dormir en la isla, en casa de un pescador, no hay forma de hacerlo.
Nos recogieron pronto por la mañana para llevarnos a un muelle atestado de chinos.
A mí en principio no me molesta la gente, pero los chinos siempre me demuestran ser muy maleducados. No respetan las colas, chillan constantemente, escupen en el suelo…
Por fin nos subimos a la barca y fuimos a visitar la isla más grande, donde me encantó el mercado de pescado. Lo que me pareció muy flojo fue el snorkel de después. Nos llevaron a una zona con poco coral vivo y unos fondos que no acabaron de gustarme para nada.
La verdad es que la playa donde nos dejaron pasar tres horas era preciosa, virgen, con agua clara y casi sin gente. Esa parte fue la mejor. Nos tumbamos en la arena para disfrutar de ese paraje, usamos el dron para hacer algunas fotos aéreas y nos bañamos en un mar precioso.
La comida fue pésima, como en general las de este tipo de tours, pero nos amenizó un mono que nos vino a robar un poco del plato. En esta isla había monos, ¡y se dejaban ver!
Regresar a puerto fue triste porque nuestro viaje estaba tocando a su fin. Las islas Cham nos gustaron y Vietnam había sido un país con mucho sabor y un sinfín de experiencias nuevas y excitantes.
Como habíamos pagado la habitación todo el día, nuestro vuelo no salía hasta la una de la noche, usamos el tiempo para preparar las maletas, disfrutar de la piscina, descansar en la habitación y cenar otra vez en el Good morning Vietnam para despedirnos del lugar.
Y a las ocho en punto pusimos rumbo al aeropuerto para embarcar en nuestro larguísimo vuelo destino a Barcelona, despidiéndonos de un magnífico viaje de verano que quizás sea el último en un tiempo y que nos deja un buen recuerdo en forma de álbum, tanto de fotos como en la memoria.
¡Feliz día! J
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