¡Impresiones de la entrevista a Cristina Roswell!

9:29 Pat Casalà 4 Comments


¡Buenos días! Tras una mañana de miércoles de infarto me subí al coche, cargué las maletas y me vine a las montañas con los niños. ¡Qué bien se está aquí rodeada de tranquilidad! Hay días en los que aparcar los problemas en Barcelona ayuda a consultar sus posibles soluciones con la almohada.
Vamos por partes, el miércoles me pasó de todo. Tras trabajar contrarreloj para conseguir que todo el trabajo quedara solucionado (dos reuniones, varios marrones, pago de nóminas,…), terminé mi jornada laboral y me fui a la moto. ¡Y descubrí que había perdido las llaves!
Me invadió el agobio al instante. Las busqué por la calle, por los despachos donde tuve las reuniones, por mi oficina, pero nada, no estaban por ninguna parte, así que acabé en el autobús con ganas de llorar. Al fin comí tardísimo, hice las maletas, las subí al coche con ayuda de mis hijos y emprendí la marcha. ¡Estaba con los nervios en punta!
El viaje fue genial, sin coches, sin problemas, sin colas… Al llegar me fui directa al Carrefour y luego a casa a ordenarlo todo. Y cuando ya estaba frente a la chimenea encendida, con el ordenador en el regazo y la serenidad como compañera, me acordé de algo: ¡me había dejado en Barcelona una medicación importante!
Así que ya me veis a las 20:30 montada en el coche, con un conato de nervios, en busca de una farmacia de guardia. Se me ocurrió ir a LLívia a encontrar una dirección para cargarla en el GPS. Y en menos de 15 minutos estaba frente al establecimiento abierto. Con mi estado de agitación ni me fijé donde dejaba el coche, vi un sitio libre y lo aparqué.
En la farmacia no tuve ningún problema, me dieron la medicación sin receta, pero cuando salí me encontré un policía frente al coche, multándome.  Y os prometo que fue surrealista. Le pedí perdón...
—Los conductores no sabéis nada —se quejó—. Siempre pedís perdón y eso no es lo que se debe hacer.
—Tiene usted razón, lo siento, no me fijé donde aparcaba.
—¡Qué no me de la razón! ¡Esa no es la actitud! —Meneó la cabeza en un gesto de exasperación—. Si sigue en esa línea le van a poner muchísimas multas.
—Vale, pues perdone por no saber qué decir y gracias por no ponerme la multa.
—¡Si es que se está librando de 200 euros y no sabe qué decir! —Compuso una mueca de disconformidad—. Es que no sabéis, los conductores no sabéis.
Al final, tras intentar saber qué quería que le dijera, es que me sentí totalmente impotente, se fue hacia el coche patrulla negando con la cabeza. Yo me metí en mi coche y arranqué a llorar mientras conducía… ¡Ufffff! ¡Qué día! La moto en la calle (espero que no me la roben), el episodio del policía, los nervios del día…
Bueno, por suerte no son más que anécdotas que quedan en el olvido del ayer. Así que ahora me voy a concentrar en explicaros mis impresiones a la entrevista de Cristina.
En general me encantaron sus respuestas directas y concisas, sin subterfugios, compartiendo con todos las dificultades que nos encontramos los escritores a la hora de hacer públicas nuestras obras. En su caso optó por arriesgarse con la editorial Kiwi y de momento está contenta con el resultado.
Como todos los escritores a los que he entrevistado era una niña con mundos paralelos en los que se perdía cuando dejaba vagar su imaginación. ¡Y como a mí, le gustaba inventarse otros finales para las películas! ¡O las alargaba más allá del The End cinematográfico!
Estoy de acuerdo con ella cuando afirma que la creatividad se puede cultivar y también comparto su opinión de que todos podemos llegar a escribir una novela, es cierto que existen miles de talleres de escritura creativa, pero también creo que la capacidad de hilar tramas y de ser original a la hora de desligarlas es algo difícil de aprender, más bien convive con los escritores desde su infancia.
¡Yo también soñaba con vivir de la escritura! Aunque el tiempo me ha demostrado que en mi caso no va a ser posible. La verdad es que Cristina cuenta con juventud y tiempo para forjarse ese futuro que desea y desde aquí le doy toda la fuerza necesaria para lograr su objetivo. Aunque sí que hay salidas a la Historia del Arte: trabajar en galerías, dar clases, ser marchante de arte, dedicarse a restaurar obras… ¡Creo que es un mundo fascinante!
¡Ya tengo ganas de leer sus nuevos proyectos! Seguro que nos obsequia con fantásticas novelas bien escritas y con una historia sorprendente, mezclar la historia con mitos folclóricos resulta intrigante y ameno, ¿no creéis?
Y, para terminar, voy a citar su última palabra: libertad. Ya es la tercera o la cuarta autora entrevistada que define la escritura con esa palabra… ¡Así que voy a ir en busca de esa liberad!
¡Feliz día! J

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4 comentarios:

  1. Uffffffffffffffff pues si que tuviste un miércoles lleno de aventuras.
    Nosdías y un muy feliz viernes.
    (Ayer tuve falta de asistencia ;-))

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    1. ¡Con tu asistencia casi diaria no puedo decirte nada más que gracias por estar ahí! ¡BESOS!!

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  2. Madre m´ia, vaya d´ia m´as "completo" :S
    Descansa y rel´ajate estos d´ias, q t vendr´an genial!!!
    Besotes

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    1. La verdad es que fue un día estresante... ¡Suerte que en las montañas todo se arregla! :-) ¡BESOS!

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