¡A vivir que son dos días!
¡Buenos días! La lluvia parece decidida a ennegrecer la
claridad que se filtra por la ventana del estudio, es como si las nubes
quisieran deshacerse de la melancolía para desaparecer en unas horas, pero se
sintieran enganchadas a la situación y las gotas fueran su manera de protestar…
Busco el sol, pronto saldrá, lo sé, el paso del tiempo es
la única variable necesaria para admirar un cielo azul, nítido y claro, uno que
augure cambios maravillosos y alegrías diarias. La felicidad se esconde en los
pequeños gestos cotidianos, en las gestas insignificantes que ganas y en las decisiones
acertadas, aunque sean dolorosas.
No me rindo, creo que eso nunca lo haré, solo necesito
digerir, entender y aceptar. Algo que en unos días empezará a pasar, pero yo
soy una idealista sentimental, una de aquellas que llora cada vez que el Barça
gana (y jamás me ha gustado el fútbol) o cuando veo algo intenso por la tele,
en una película, en un libro… Siempre he pensado que esa capacidad de sentir es
parte de mi creatividad al escribir, la que necesitan los personajes para
crecer y enfrentarse a las situaciones.
En este blog comparto eso con vosotros: emociones,
sentimientos, pensamientos… Seguro que hay momentos en los que no os interesa
lo que digo, pero es mi plataforma para secar las lágrimas, las risas, las
cosquillas en el abdomen, los nervios, la felicidad… ¡Todos y cada uno de mis
pensamientos conforman páginas de una vida!
En realidad el blog es como un diario donde exorcizar los
momentos y sentimientos que me embargan, donde plasmar parte de esos mundos
paralelos que conviven conmigo desde niña, de compartir con quien esté
dispuesto a escuchar las batallitas diarias a las que me gusta sacarle punta.
Soy como soy y nada puede cambiar mi naturaleza. Intento
ser amiga de mis amigos, ayudar a quien lo necesita, darlo todo cuando se requiere
y ser consecuente con los compromisos adquiridos. Y peco de creer demasiado en
los demás, de pensar que ellos sienten como yo, aunque la vida me ha demostrado en demasiadas
ocasiones que eso no es cierto.
No estoy triste exactamente, sé que he hecho lo que debía,
que la manera en la que han pasado estos últimos siete años me ha mantenido
encadenada, angustiada y ansiosa. Sé que he perdido cosas importantes en el
camino, pero también sé que he madurado como escritora y he conseguido tener
una extensa obra para compartir con el público que desee leerla. ¡Y eso también
es importante!
En estos momentos lo que estoy es un poco enfadada
conmigo misma por mi fe, por mi lealtad y por mi credibilidad, pero en pocos
días se me pasará y volveré a luchar, porque es lo que siempre he hecho y no
voy a olvidarlo ahora.
Creo firmemente que poner palos en las ruedas a quienes
te rodean no es la manera de avanzar, cuando alguien cercano consigue lo que yo
ansío es cierto que siento un poco de dolor, pero me alegro muchísimo por él o
por ella y se lo digo de corazón, y siempre procuro aconsejarle lo mejor para
que llegue donde sueña. ¡Todos tenemos derecho a soñar!
Así que, ¡arriba ese ánimo, fuera lágrimas, adiós mala
pata! Se acabó pensar en negativo, fustigarse por lo que hubiera podido ser,
reprenderse por las decisiones desacertadas, permitir que mis ojos dejen
escapar ni una lágrima más por algo que no vale la pena. El comentario de Chris
de ayer me hizo darme cuenta de que parte de la culpa es mía por creer tanto en
algo que me aportaba tan poco. ¡Mi marido dice que lleva años diciéndomelo!
Ayer tuve una larga conversación con mi marido, le
expliqué cómo me sentía y que en el fondo seguía angustiada por si no había
tomado la decisión correcta. La verdad es que no se lo conté hasta que ya lo
había hecho, porque no sabía si encontraría las fuerzas necesarias. Sus
palabras me hicieron reaccionar:
—Ahora estoy sola —le
dije.
—Pat, no lo entiendo, la verdad. —Me miró con una profundidad que
pocas veces descubro en sus ojos—. Has estado siempre sola, no concibo cómo te
podías sentir arropada...
Cierto, total y absolutamente de acuerdo con él, ahora
toca luchar, mirar hacia delante y apretar los dientes. ¡Estoy segura de que
encontraré el camino!
¡Feliz domingo a tod@s! J
Pues eso, comienzo por el final (y creo que ya te lo he dicho antes): estabas sola... ahora está mucho mejor, porque no está sola, estás contigo misma y tienes fuerza, energía y ánimo suficiente.
ResponderEliminarY ahora al principio: por aquí un día raro, sol, nubes, lluvia entre el sol y un ARCO IRIS impresionante. Mucho viento.
Por cierto, soy antibarça por naturaleza, quiero que pierda hasta en los entrenamientos jeje (es una historia relacionada con mi padre y su forofismo ;-))
Feliz domingo.
¡Ánimo!
¡Gracias Pilar! Espero con ansia ese arco iris maravilloso... ¡BESOS!
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