Agencias, bodas y futuros inciertos
¡Buenos días! Hoy es un día especial, pronto se casa un amigo de
la oficina y le hemos preparado una sorpresa para este mediodía. Espero que le
guste y que disfrute de nuestra pérfida mente. Jajajajaja. Mañana os lo cuento
todo…
Recuerdo con nostalgia cuando yo preparaba mi boda, la emoción que
sentía al cuidar cada detalle y la energía que gasté a la hora de decidir los
manteles, el menú, las flores, el vestido… Es bonito descubrir la misma ilusión
en otros ojos y su mimo a la hora de darle brochazos de color a un día tan
especial.
Tomar decisiones en la vida significa renunciar a unas opciones
para abrazar otras. Estos últimos días he pensado que quizás ha llegado el
momento de lanzarme de cabeza a la lucha por la presidencia. Jajajajaja, quiero
decir que no me puedo pasar la vida escribiendo una novela cada tres o cuatro
meses para que luego se quede anclada a mi disco duro.
Con el corazón en la mano os digo que eso es lo que realmente me
gusta, que disfruto un montón con la creación y que ojalá luego las cosas
fueran sencillas, pero aquí no acaba el periplo de un manuscrito, por mucho a
que mí me gustaría que así fuera.
¿Y qué es la vida sin retos? ¿Qué es de una novela sin algún
lector? ¿Qué debo hacer si quiero intentarlo? Fácil, tirarme a la piscina y
apostar alto. Estos días he recibido más de un email de personas que desean
conocer las ventajas o desventajas de tener agente y me he pasado un par de
días analizando la respuesta.
Pues bien, a mí de momento no me ha reportado demasiado, la
verdad. Al principio fue un subidón de adrenalina, a medida que pasaban los
años comprendí a base de esperanzas rotas que las cosas no eran cómo parecían y
ahora no tengo claro si vale la pena apostar por ello.
He de reconocer que en un principio los consejos de mi agente me
ayudaron a pulir mi estilo, sin embargo fueron años de esperas alargadas hasta
el infinito, de sentir que la publicación estaba a la vuelta de la esquina,
pero que nunca la alcanzaba.
Tardé más de lo necesario en firmar un contrato con la agencia, pensaba que a
partir de ese momento todo iría sobre ruedas, pero también me equivocaba.
Cuatro años después la persona que me representaba dentro de la agencia montó
la suya propia y yo me fui con ella.
Esta vez ya no tenía mis esperanzas puestas en este cambio ni en
ninguno, mis expectativas se habían adaptado a la realidad y no quería correr
el riego de creer otra vez en un imposible. Así que me lo tomo como algo más en el camino, sin pensar que es la puerta estelar que me gustaría.
La publicación de El Secreto de las
Cuartetas de la mano de Ediciones Javisa23 la conseguí por mis medios, fue algo insólito y maravilloso, ¡a
ver si pronto tengo la fecha de publicación! En cuanto a La Baraja y a Los Mundos de Esme de momento no tengo
noticias de las editoriales. Por eso empiezo a pensar que hay otros medios para
lanzarlas…
¡Feliz día! J
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