Dulce despetar
¡Buenos días! Empiezo la mañana con energía, aunque he de admitir
que cuando ha sonado el despertador me ha costado muchísimo ubicarme. Hay
noches que no quieren desvanecerse en la memoria o que se agarran al sueño de
una manera impertinente.
Hace mucho tiempo una compañera de colegio me dijo: «si quieres
sacarte algo de la cabeza, busca una nueva ilusión». Yo entonces tenía otra
manera de ser, era muy diferente a como soy hoy en día y me costaba encontrar
la senda correcta en muchísimos aspectos.
Con los años, a parte de madurar, serenarme y saber cuáles son mis
verdaderos deseos, he entendido esa frase como si fuera una luz que alumbra en la
penumbra. Si tienes demasiado apego a algo, si lo anhelas con tanta vehemencia
que tus días son pocos para intentar alcanzarlo, cambia de tercio y olvídalo
durante un tiempo, dedícate a llenar los vacíos con otra ilusión, es la mejor
manera de aparcar las obsesiones y vivir en el mundo real con una sonrisa.
Hace un par de semanas tenía muchísimas cosas en la cabeza,
demasiadas diría yo. Sé qué quiero, eso no cambia a pesar del tiempo, la
madurez y las nuevas metas redimensionadas a medida de la realidad que me
rodea. Pero también he aprendido que muchas veces lo que uno desea no es fácil
de obtener y que lo ha de adaptar a las circunstancias sin perder la fe.
Como estaba agobiadísima
dándole vueltas una y otra vez a la manera de lograr mis objetivos, cambié de
actividad, puse el freno cerebral a mis elucubraciones y empecé a distraerme
con cosas más mundanas y tangibles. Por suerte el consejo de mi antigua amiga
funcionó y hoy tengo las ideas más claras y las decisiones más cercanas.
Ojalá alguna vez en la vida pueda reunirme con las que en ese
entonces consideraba mis amigas, es uno de mis sueños. Aunque el tiempo ha
pasado para todas y dudo que se cumpla… No me reconozco en esa Pat del pasado,
es otra persona a la que prefiero dejar en ese lugar apartado para siempre.
Por fin sonrío y veo una meta plausible. Ahora debería iniciar el
proceso para traspasarla, aunque quiero ir despacio, saboreando cada pedacito
de sendero, ilusionándome con los giros imprevistos y sin dejar de sentir en mi
piel las emociones que subyacerán de mis próximos pasos…
¡Feliz día! J
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