Estilos narrativos
¡Buenos días! El cielo está
gris, parece empeñado en dejarme blanca de piel y no conseguir el moreno que
necesito para el vestido que me compré. Tengo una boda el próximo siete de
junio que me hace muchísima ilusión.
Ayer hablé por vía
telemática con un par de amigas que están lejos y con una compañera de
profesión a la que he conocido gracias a los mundos cibernéticos. Hay que
apostar por lo que uno quiere y no dejarse llevar por la corriente, aunque las
cosas no salgan cómo esperabas.
Mis anhelos son pausados,
ya no tienen ese componente estresado de antes ni quieren sobresalir en mi vida
como algo necesario para respirar. Ahora los siento en una medida justa,
empujándome a luchar un poquito cada día y enseñándome el camino al andar.
Este último año mi creatividad
ha cumplido con creces y me ha ayudado a cambiar de géneros, a escribir
muchísimo y a demostrarme que quizás valga la pena continuar con mis sueños. A
pesar de que los he redimensionado y ahora los veo desde otro prisma.
Acumular novelas en el disco
duro sin pararme ni un segundo a mirar retrospectivamente es perfecto, me ayuda
a no regresar al punto de las esperas interminables en las que nada llegaba a
buen puerto. Por eso llevo meses con la directa puesta y una única esperanza:
la de encontrar las palabras para hilvanar la novela del momento.
A principios de 2013
abandoné la novela fantástica para recibir la policíaca. Nació La Serie Estrada, que en la actualidad
consta de tres manuscritos listos para llenar las estanterías virtuales de
algún ebook o las de verdad. Llevo
mucho tiempo apostando por una vía de publicación, dando un voto de confianza a
la manera tradicional de editar, pero ahora me replanteo si vale la pena.
Cuando terminé las tres
novelas de la serie tuve una magnífica idea para una historia Young adult, y me lancé de cabeza a escribirla, sin
cuestionarme demasiado la estructura ni la manera en la que se desarrolla la
trama. Era como si cada personaje decidiera por él solo qué pasaría a
continuación y tomara fuerza en el papel. Al terminarla descubrí que tenía
fuerza y aquella intensidad que deseaba darle desde el inicio. Mis lectoras beta quedaron contentas y la envié a mi
agencia literaria. Espero contar con sus notas pronto para iniciar la última
vuelta de pulido.
Ahora me he pasado a la
rama romántica con tintes de historia reciente. Una saga, un presente con
romance, un pasado que afecta a los personajes del ahora, una historia llena de
amor, desamor, traiciones y momentos, un trasfondo histórico que significan
muchas horas de documentación…
No sé cuál será mi próximo
estilo narrativo, pero he descubierto que me encanta volar de flor en flor y
descubrir mi capacidad de cambiar de tercio cuando lo decido. En DUO, mi novela
actual, no hay crímenes sangrientos ni policías ni cadáveres, ¡y me gusta!
¿Cuál es vuestro género
favorito?
¡Feliz día! J
encasillarse no es positivo, experimentar es avanzar, seguir creciendo, me alegra sentir la confianza y alegría que desborda tu entrada de hoy,
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por tu comentario!
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