Estilos narrativos

8:08 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! El cielo está gris, parece empeñado en dejarme blanca de piel y no conseguir el moreno que necesito para el vestido que me compré. Tengo una boda el próximo siete de junio que me hace muchísima ilusión.
Ayer hablé por vía telemática con un par de amigas que están lejos y con una compañera de profesión a la que he conocido gracias a los mundos cibernéticos. Hay que apostar por lo que uno quiere y no dejarse llevar por la corriente, aunque las cosas no salgan cómo esperabas.
Mis anhelos son pausados, ya no tienen ese componente estresado de antes ni quieren sobresalir en mi vida como algo necesario para respirar. Ahora los siento en una medida justa, empujándome a luchar un poquito cada día y enseñándome el camino al andar.
Este último año mi creatividad ha cumplido con creces y me ha ayudado a cambiar de géneros, a escribir muchísimo y a demostrarme que quizás valga la pena continuar con mis sueños. A pesar de que los he redimensionado y ahora los veo desde otro prisma.
Acumular novelas en el disco duro sin pararme ni un segundo a mirar retrospectivamente es perfecto, me ayuda a no regresar al punto de las esperas interminables en las que nada llegaba a buen puerto. Por eso llevo meses con la directa puesta y una única esperanza: la de encontrar las palabras para hilvanar la novela del momento.
A principios de 2013 abandoné la novela fantástica para recibir la policíaca. Nació La Serie Estrada, que en la actualidad consta de tres manuscritos listos para llenar las estanterías virtuales de algún ebook o las de verdad. Llevo mucho tiempo apostando por una vía de publicación, dando un voto de confianza a la manera tradicional de editar, pero ahora me replanteo si vale la pena.
Cuando terminé las tres novelas de la serie tuve una magnífica idea para una historia Young adult,  y me lancé de cabeza a escribirla, sin cuestionarme demasiado la estructura ni la manera en la que se desarrolla la trama. Era como si cada personaje decidiera por él solo qué pasaría a continuación y tomara fuerza en el papel. Al terminarla descubrí que tenía fuerza y aquella intensidad que deseaba darle desde el inicio. Mis lectoras beta quedaron contentas y la envié a mi agencia literaria. Espero contar con sus notas pronto para iniciar la última vuelta de pulido.
Ahora me he pasado a la rama romántica con tintes de historia reciente. Una saga, un presente con romance, un pasado que afecta a los personajes del ahora, una historia llena de amor, desamor, traiciones y momentos, un trasfondo histórico que significan muchas horas de documentación…
No sé cuál será mi próximo estilo narrativo, pero he descubierto que me encanta volar de flor en flor y descubrir mi capacidad de cambiar de tercio cuando lo decido. En DUO, mi novela actual, no hay crímenes sangrientos ni policías ni cadáveres, ¡y me gusta!
¿Cuál es vuestro género favorito?

¡Feliz día! J

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2 comentarios:

  1. encasillarse no es positivo, experimentar es avanzar, seguir creciendo, me alegra sentir la confianza y alegría que desborda tu entrada de hoy,

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  2. ¡Muchísimas gracias por tu comentario!

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