Impulsos

7:07 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Parece que hoy será un día nublado… Por suerte hace una temperatura agradable y no hay que abrigarse para caminar por la calle. No me gusta demasiado el frío…
Ayer fue una tarde perfecta, tomé un zumo con una amiga sentada en una terraza, charlamos durante dos horas sin darnos cuenta de que el reloj avanzaba, como si los minutos fueran ajenos a nuestro encuentro, reímos, disfrutamos de una temperatura agradable en la terraza de un bar.... Quizás llevábamos demasiado tiempo sin hablar.
Me cuesta encontrar espacio para encajar todas mis labores en una jornada, por eso veo a mis amigas sin la regularidad que me gustaría. Por suerte ni el tiempo ni la distancia logran romper unos lazos creados a base de años de cercanía y momentos.
Hay muchos factores que me inducen a cerrarme en mí misma, necesito tiempo para la escritura, el baile, el trabajo, la casa, los niños… Demasiadas actividades para una jornada de veinticuatro horas, así que a veces las amigas entran con calzador. Pero me hace tantísima ilusión verlas que no me importa renunciar a mi momento de escritura.
Últimamente me doy cuenta de que pasarme la vida esperando a que algo suceda es absurdo, suelo ser una mujer decidida, con las ideas claras, que enseguida sabe qué quiere y lo que está dispuesta a luchar por ello.
El mundo de la escritura me cogió por sorpresa, a pesar de las horas invertidas, de los esfuerzos y de mi insistencia la meta nunca se veía cerca, siempre era una línea que se divisaba en el horizonte, una que se encontraba a la misma distancia cada vez que avanzaba en su dirección.
Creo que esa divergencia con mi modo de ver las cosas es la que me ha impulsado a quedarme en un punto en el que ya no camino hacia mis aspiraciones, quedándome demasiadas veces quieta, sin deseos de luchar por un imposible ni modificar nada de mi entorno.
La semana pasada, tras darle un par de vueltas a mis intenciones para este verano, actué como suelo hacerlo, por impulso. Sabía qué quería y fui a por ello, busqué las alternativas para conseguirlo y no paré hasta que lo tuve en el bolsillo.
Eso me dio una pista inmejorable de que no puedo quedarme más tiempo en el área de confort, de que debo buscar opciones y moverme, de que aquí sentada no voy a conseguir nada. Así que a ver dónde me llevan ahora los impulsos, porque estoy dispuesta a seguirlos.

¡Feliz día! J

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1 comentario:

  1. Hay veces en que las cosas no dependen de uno solo. Me estoy refiriendo a cuestiones laborales, hay seis millones de personas en España a las que cada día nos lo están poniendo peor, y puedes creerme no se trata solo de querer: cuando te tienen atado de pies y manos y no te dejan hacer nada si no estás fiscalizado, lo único que puedes hacer es resignarte o de lo contrario correrás el riesgo de perder la cabeza y la dignidad como ser humano.

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