Avanzar
¡Buenos días! Tras un
sábado perfecto de sol, escritura, tarde agradable con una amiga y búsquedas
por Internet para acabar de reunir información sobre mi viaje de verano, llego
a un domingo soleado, con una clase de baile que me espera y una historia intensa
que crece en mi cabeza.
No me creía capaz de
escribir algo así, con romance, pinceladas históricas, tristezas, decepciones y
sagas familiares. El no salpicar la trama con crímenes, asesinos y misterios es
una novedad emocionante. Para sortear ese escollo debo sacarle punta a otras
situaciones, interesar al lector con los acontecimientos y buscar la manera de
llenar los folios sin matar a nadie. Jejejejeje.
Cuando alguien me pregunta
por qué escribo a pesar de que las novelas se estancan en el disco duro de mi
ordenador tengo muy clara la respuesta. Me gusta, disfruto, no concibo mi vida
sin desarrollar esas ideas locas que me asaltan de repente.
Admito que si le doy
vueltas a esa respuesta me percato de lo absurdo de continuar adelante sin una
meta plausible, pero me hechiza esa absurdidad, soy adicta a las letras, a
conjugar palabras, a construir historias a partir de un impulso. Y me encanta.
Sencillamente eso, me hace feliz, así que en mis horas libres me dedico a
aporrear las teclas del ordenador.
Echar la vista atrás, a
pesar de que resulte doloroso, me muestra mis equivocaciones. Escribir no puede
convertirse en un pozo de frustraciones, es un acto creativo libre y
maravilloso que consigue arrancarme una sonrisa de satisfacción.
El orgullo de saber que ese
manuscrito que acumula polvo en la memoria RAM del portátil se ha cocinado con
mi imaginación es suficiente para saber que quiero seguir, que no voy a
rendirme, que cada año sumaré nuevas novelas y que ya me da igual su destino
final.
Tengo lectoras beta, y es chulísimo conversar con ellas
tras su valoración de mis letras. Me hacen preguntas, me piden explicaciones de
algunos trozos, me indican algunos cabos sueltos y me animan a seguir. Sus
comentarios son el motor de mis sonrisas, saber qué les ha llegado y qué las ha
dejado igual me da una visión diferente a la hora de encarar un nuevo reto.
Nunca pensé que sería tan
gratificante esa cercanía. No son muchas, pero sí las suficientes para saber
que vale la pena iniciar una historia, que luego tendrá a mis queridas lectoras
beta.
Quizás algún día me dedique
a repasar estos posts, como hago
algunas mañanas con los de hace años, y descubra que encontré la senda correcta
dejando constancia de unos sentimientos intensos. Avanzar significa pararse
algunos momentos y analizar nuestras equivocaciones para no volver a
cometerlas.
¡Qué bonito se ve el sol
desde mi ventana! Así da gusto despertarse, con el piar de los pájaros y un día
nítido para sentirse plena.
¡Feliz día! J
0 comentarios: