Deshojando la margarita de las amistades

8:08 Pat Casalà 2 Comments


              ¡Buenos días! He pasado una mala noche, así que perdonarme si la entrada no está a la altura, pero es que entre el cansancio y los efectos del Nolotil estoy un poquito zombi. Jajajajajaja, ¡casi me podría ir a hacer compañía a los de Walking Dead!
            Hoy me gustaría hablaros de algo que todos experimentamos alguna vez, algo que al principio nos desconcierta, pero que a medida que el tiempo adelanta su andar silencioso en el reloj nos ayuda a asentar la realidad que nos rodea y a mirarla con una perspectiva más realista.
            ¿No os ha pasado nunca que cuando estáis en una situación extrema, mala, triste, comprometida,… han respondido más los que considerabais conocidos y aquellos en los que confiabais se han comportado como desconocidos? A mí eso me ha pasado un montón de veces, pero como soy un poco tonta y sentimental siempre les doy una segunda oportunidad a todos…
            Parece mentira que el género humano sea tan variopinto, nuestra naturaleza nos hace distintos a todos y nos otorga unos sentimientos que nos invaden en momentos puntuales y desbaratan todas las creencias que conformaban nuestra realidad.
            En mi caso siempre me sucede lo mismo: espero que los demás se comporten como lo haría yo en su situación. ¡Carso error! Porque los demás nunca son como tú ni piensan como tú ni sienten como tú. En general los humanos tendemos a mirar por nosotros mismos y a no ponernos en el lugar de la otra persona. Así que la decepción es un sentimiento que aflora en mi interior en ocasiones intensas.
            Me gustaría recalcar con letra mayúscula que siempre existen las personas que se comportan como esperas o incluso mejor y normalmente esas personas son las que te devuelven la credibilidad en el resto de mortales y te ayudan a entender que esperar algo del prójimo no es positivo, más bien se debe avanzar sin mirar a ambos lados a ver quién te acompaña en el camino, ¡el tiempo y las circunstancias van a ir colocando a tu vera las personas que merecen esa posición!
            Desde pequeñita he sentido mucha desilusión cuando las personas me decepcionan, ¡ya os he dicho mil veces que mi sentimentalismo supera con creces la sensibilidad media! Pero cuando alguien inesperado se comporta como yo no esperaba y me sorprende regalándome su cariño y su cercanía también me emociono de manera intensa y siento su calor como un regalo inmenso.
            Y sí, no lo voy a negar, soy una sensiblera, una de esas que a veces espera con el corazón abierto recibir las mismas muestras de cariño que ella ofrece a diestro y siniestro y que se queda hecha polvo cuando esas muestras se pierden entre los días de ausencia, los mensajes inexistentes y las vacuidades de la nada.
            Pero tampoco voy a negar que cuando encuentro compañeros de viaje que sienten, aman, piensan, actúan y viven bajo mis mismas premisas pienso que todo ha valido la pena, que cada instante es intenso, que cada momento que me ha regalado la vida ha sido un recorrido maravilloso por un mundo plagado de minas y flores.
            Así que quizás ha llegado el momento de deshojar la margarita de las amistades y entender que no vale aquello de: “me quiere, no me quiere”… ¡Es mejor permitir que la realidad circule sola ante tus ojos y te muestre el núcleo amarillento de la flor! ¡Un núcleo compuesto por esperanzas, alegrías, anhelos y amistades reales que siempre estarán ahí, esperando, acechando, ayudando, acompañándote…!
            ¡Os deseo un gran día! 

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2 comentarios:

  1. Buenos días, Pat!!
    No sabes cómo te entiendo. Cuando das lo mejor de ti y te decepcionan, cuando alguien a quien amas te da la espalda sin un motivo, sientes que tu mundo se desmorona, que nada tiene sentido, que todo es mentira, que no vale la pena luchar por lo que sueñas. Pero si dejas de mirar tanto dentro de ti y alzas la vista, ves que hay muchas personas que están a tu lado, y vuelves a creer en la especie humana, y en los valores por los que se rige tu corazón: amistad, lealtad, sinceridad, generosidad.
    Y das gracias por lo que tienes, y aprendes a valorarlo.
    Eso es lo que me ha pasado a mí. Y tu entrada de hoy me ayuda a seguir creyendo.
    Pasa un feliz día 8)

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  2. He preguntado a todo el mundo a quien le ha tocado vivir una desgracia y todos coinciden en esa realidad, así que no es nada extraño ni alejado de la cotidianidad, pero no por eso deja de ser doloroso ni decepcionante. ¡Pero hay tantas personas desinteresadas en este mundo! Y cuando topas con ellas te das cuenta de que no vale la pena hacerse mala sangre con las que no lo son. ¡Así que sigo creyendo en la amistad! Lo que pasa es que ahora sé a quien vale la pena considerar un amigo. ¡Tú te has convertido en uno de ellos! ¡Así que bienvenida a mi mundo!
    ¡Un beso enooooooooooorme! ¡Y mi sonrisa más grande! :-)

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