Cerrado por vacaciones
¡Buenos días! Llegó por fin mi último día de
trabajo antes de tomarme unas largas y placenteras vacaciones. Ahora mismo no
puedo contener la inquietud, estoy feliz, con mil ideas en la cabeza y un
sinfín de emociones pululando libremente por mi interior.
Sol, playa, descanso, el Kindle, mi Mac, las
historias contadas a la vera del sosiego… Cuento las horas para llegar a las
tres y colgar el letrero de cerrado por vacaciones en el despacho, con una respuesta
automática avisando de que no voy a contestar en todos y cada uno de mis emails
de trabajo (¡tengo siete diferentes!!!!).
Quiero sentir la parte positiva de cualquier cosa
que suceda en mi vida, acariciar la serenidad impuesta a mi alrededor al
comprender que no puedo interferir en el destino ni soñar en imposibles sin
caminar sobre la tierra firme de la realidad. Hay que ver, sentir, experimentar
y disfrutar de lo que se tiene, sin anhelar con vehemencia lo que no se puede
tener.
Lejos queda aquella absurda necesidad de hacer
llegar mis escritos al mundo. Si ha de ser, algún día será. Y si no pasa nunca,
seré feliz acompañada de mis novelas, de mis lectores beta, de conversaciones
con ellos a la vera de la ilusión. Es tan gratificante tener una idea para una historia
y explorarla con mis amigas. Ellas me acompañan en el proceso, me ayudan a
encontrar fallos en el planteamiento, a construir los personajes, a darle una
vuelta de tuerca a mis intenciones primarias…
Y, aunque cueste creerlo, con eso me basta para
ser feliz. Mi Mac, mis historias, mis amigas, mi familia y tiempo para
disfrutar de ellos. ¿Qué más se puede pedir?
Este año cierro el blog durante el mes de agosto.
Os deseo unos días perfectos, con la ilusión de sentir la cercanía de los
vuestros, de disfrutar de lo que os ofrezca la vida, de ser capaces de sonreír
ante cualquier escollo.
¡Feliz agosto! J
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