Mi regalito de San valentín
¡Buenos días!!!!! Hoy mi niño cumple diecinueve años y me
parece increíble. Es alucinante cómo pasa el tiempo, la facilidad con la que
las semanas se escurren para convertirse en años y cómo la vida me llena de
nuevas y maravillosas experiencias.
Recuerdo mis emociones el día de su nacimiento, la sensación
de que iba a conocer a esa personita que había crecido dentro de mí, a abrazarla,
a darle el primer beso, a achucharlo… Me casé con veintitrés, con un hombre al
que había conocido cinco años antes y al que reconocí como el amor de mi vida a
los dos segundos, tuve a Àlex a los veinticinco… Era una cría emocionada. Me
puse de parto un viernes trece y me recuerdo diciéndole al ginecólogo: «por
favor, que nazca el catorce. Me da mucho yuyu viernes trece y mañana es San Valentín,
un día precioso». ¡Y el niño me hizo caso!
El catorce de febrero era una fecha entrañable para mí. Mi
marido me regaló el anillo de compromiso ese día hacía tres años, frente a una
vista impresionante de Barcelona. Y que mi hijo repitiera fecha era una señal
de felicidad.
Es bonito estar acompañada por mis niños, por mis amigas, por
mi familia, por el mejor marido que se puede tener. Lo nuestro fue un instant love que sigue brillando casi
veintiséis años después. Dos horas después de conocerle le dije a mi madre que
acababa de conocer al hombre con el que me casaría. Y no me equivoqué…
En la historia de Zaclia también hay un San Valentín. Solo os
voy a poner un trozo de esa parte de la historia porque no quiero dar spoilers.
Son retazos sueltos cogidos de entre los párrafos.
Hoy es
domingo catorce de febrero, mi padre tiene previsto salir de pesca con el padre
de Penny ⋘…⋙. Me levanto
temprano y camino hacia la ventana para colgar un letrero lleno de corazones,
besos y caritas sonrientes. El texto es escueto: «Cuento los minutos. CDTEAT».
⋘…⋙. Su cortina todavía está cerrada.
Acaricio el cristal y camino despacio hacia el baño. ⋘…⋙. Cuando vuelvo a la habitación me ilumino.
Zack está al otro lado de la calle mirándome con su sonrisa perfecta, sin
camiseta y una preciosa rosa entre los labios. Le mando un beso con la
sensación de que no puedo esperar un segundo más para estar con él.
Llevo unos días conectada a Julia y a Zack. No puedo escribir otras historias, no
soy capaz de dejarlos atrás ni de dejar de sentirlos dentro de mí. Es como si
al estar ahí hablando de ellos se me hubieran metido en la piel para volver a
irrumpir con fiereza en mi alma.
Acabo de encontrar por casualidad una reseña maravillosa de
Dúo en el portal RNR. La historia de esos personajes fue muy emotiva, me
acompañó durante mucho tiempo y me sacudió, llevándome a sentir emociones muy
fuertes mientras escribía. Y sí el final es triste, pero es el único que puede
ser… (Enlace). Espero que disfrutéis de las palabras de la reseñadora.
¡Feliz día! J
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