Zaclia
¡Buenos días! Estoy a punto de ponerme a bailar y a cantar de emoción
en la soledad de la mañana. Despertaría a la casa dormida, pero mi ilusión es
máxima. ¡Al fin Cada día te espero a ti
está disponible! Ahora toca respirar hondo, apretar los puños y quemar la
ansiedad de saber si gusta, si se vende, si os llega al alma…
Una de las preguntas que me hicieron en la entrevista del
martes en la radio fue si prefería una venta o una lectura. No dudé al
contestar porque a medida que pasan los años tengo más claro cuáles son mis
prioridades en el mundo literario.
Lejos queda esa ilusión quimérica de vivir de mis letras. Mi otra
faceta profesional me llena muchísimo. Me encanta mi trabajo, la
responsabilidad que entraña evaluar cómo mantener las finanzas de varias
empresas a flote, los números de los Excels de los presupuestos, hacer un
seguimiento de las desviaciones, dirigir los hilos de varias partes importantes
de la contabilidad, la administración, la fiscalidad, el área financiera, de
recursos humanos… Jamás voy a arrepentirme de mi crecimiento personal en ese
campo ni de los años invertidos en avanzar, mejorar y aprenderlo todo.
El otro día me preguntaban si conseguir una cantidad indecente
de ventas de libros me llevaría a abandonar mi trabajo. Y dije no. Porque soy
hiperactiva mentalmente, necesito una ocupación para ella durante horas y me
apasiona lo que hago.
Letras y números…
Por eso prefiero una lectura, una opinión sincera, llegar al
corazón de personas anónimas, hacerles sentir mientras se adentran en las
letras. Y ahora me toca decir: ¡ojalá haya mucha gente dispuesta a darle una
oportunidad a Cada día te espero a ti!
Y lo más importante… ¡Deseo entusiasmaros con las aventuras de Zack y Julia!
Hay historias que me llegan al alma, me tocan y consiguen
abducirme. Es como si mi conexión con la trama fuera absorbente, licuara mi
capacidad para hacer otra cosa que sentirme arrastrada a la vorágine de situaciones
por las que pasan los protagonistas. Y Zaclia fueron muy intensos, se introdujeron
por las grietas de mi corazón hasta apropiarse de él.
A veces escucho una canción y acabo llorando al pensar en la
escena que me trae a la memoria. Porque al terminar una historia desaparece un poco
la conexión con los personajes, pero me cuesta muchísimo dejar de pensar en
ellos. Siempre están ahí, son parte de mi interior, como si se hubieran tatuado
en mi alma.
¿Os apetece conocer la primera parte de la historia de Zaclia?
Me encantaría que me acompañáis en esta nueva e intrépida aventura literaria.
¡Feliz día! J
0 comentarios: