Mejorar con ritmo
¡Buenos días! La mañana parece tranquila, sin
demasiadas nubes ni amenaza de lluvia. Tengo pereza, me ha costado muchísimo
levantarme de la cama para caminar por las horas con energía, pero el día se lo
merece.
Ayer me planté con mis dudas, se terminó darle
vueltas y más vueltas a la situación y quedarse sin escribir. Prefiero
arriesgarme a tirar hacia delante el proyecto a quedarme varada en un rincón.
Empecé a rellenar los capítulos con información
lógica para sentir cómo surge la llama del amor entre los protagonistas y hacer
más creíble la trama. Lo voy a probar, no dejaré de intentar darle una visión
más fresca para conseguir el mejor ritmo posible.
Si al terminar no me convence la nueva versión
volveré a la anterior. Es sencillo, solo necesito ver si me gusta con los
cambios o prefiero la primera propuesta. Y mientras escribo escenas no
contempladas en un principio siento cómo la conexión con los personajes resurge
con fiereza.
Desde mi pequeño reducto de creatividad consigo
superar con nota el ansia de compartir mis letras. Lo importante es saborear
cada escena, llegar al lugar donde moran mis ilusiones a través de la escritura
y vibrar con cada giro de la narración.
Me gusta escribir con música, creo listas
independientes en Spotify para cada novela, busco el ritmo que más se adecue a la
parte sensitiva de los sucesos y la escucho en bucle. Las notas transmiten sensaciones,
consiguen darle una dimensión diferente a la carga emocional de los capítulos.
Últimamente me dedico a incluir parte del
repertorio musical en la narración, les otorgo a los protagonistas la potestad
de escuchar las mismas canciones que yo mientras narro sus peripecias y consigo
una comunión importante con la trama.
Es curioso, cuando leo necesito la música apagada,
porque no quiero interferencias a la hora de sentir. Es importante escuchar las
palabras, dejarse seducir por las emociones de las frases y descubrir si los
capítulos consiguen agitarme sentimentalmente.
CDTEAT me mantuvo en un estado de aislamiento del
mundo durante un mes y medio. Fue una experiencia intensa, acabé con una
contractura cervical severa, estirada en la cama sin poder escribir ni una
letra en el ordenador. Para corregirla con objetividad necesitaba tomar
distancia, deshacerme de esa sensación indomable de ser parte de los
protagonistas.
Por suerte he encontrado la vía directa a mejorar
la novela. Las opiniones de mi lectora beta me hicieron reaccionar, su visión es
demasiado impactante para mí, pero me ha ido bien para rebajar las expectativas
y darme cuenta de cómo darle un par de vueltas de tuerca a la trama para
dejarla perfecta.
¡Feliz día! J
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