Va de roturas...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Ayer fue un día lleno de trabajo, rutina y momentos para ponerme a tono con las mil obligaciones aparcadas durante las vacaciones. Por suerte mi equipo sigue en marcha mientras yo no estoy y contribuye positivamente a dejar los números preparados para emitir los informes financieros y cerrar el año 2015 de la manera más productiva posible.
En cuanto a la escritura, mi cabeza sigue dispersa. Me cuesta centrarme en una novela y no tengo claro cómo conseguiré llevar a cabo la maratoniana tarea que me impuesto. Aunque quizás deba ir pasito a pasito, sin agobiarme y con las ideas claras.
Me cuesta corregir, una vez dejo la historia es difícil retomarla para cambiar algunos aspectos sin embargo, cuanto más tiempo pasa, menos complicado es ser objetiva con os fallos. Ayer dejé de lado el avance de NUS para darle un repaso a Dúo, la primera de la larga lista de novelas que subiré a Amazon en breve. Es la tercera vez que le dedico mi tiempo y de momento la encuentro entretenida, a ver qué sucede cuando avance.
Paralelamente una lectora beta me dio sus impresiones sobre CDTEAT y me rayé con algunas cosas… Al llegar a casa revisé los primeros capítulos para aportar algunas de sus ideas al manuscrito, con la impresión de que necesito distancia para darle la última vuelta. A mí esta historia me apasiona y la protagonista me parece una de las mejores que he creado… Veremos cómo veo la novela de aquí unos meses, cuando la revise de nuevo antes de subirla a Amazon…
El viernes pasado por la mañana tuvimos un gran susto en casa. Estaba dentro de la cama, con mi ordenador preparado para escribir, y de repente se oyó un estruendo y un «joder, cuanta sangre». Era mi hijo. Corrí a averiguar la razón de su azoramiento y me encontré con la puerta cerrada del baño y él dentro, explicándome que la mampara se había roto en mil pedazos sobre él cuando la había abierto para salir de la ducha.
Me asusté muchísimo. No podía abrir la puerta y él no sabía cómo avanzar entre los cristales. Al final consiguió salir. Tenía cortes por todo el cuerpo, dos heridas sangrantes en los pies y el baño era un mar de cristales. Le apreté los cortes de los pies con unas toallas para parar la hemorragia, me vestí lo más deprisa que pude y me lo llevé a urgencias, donde recibió algunos puntos y le curaron las heridas.
Por suerte la anécdota quedó en un susto, pero todavía ahora me pregunto cómo puede una mampara de ducha partirse así, sin previo aviso. Si mi hijo llega  ser más bajo… Tuvimos a la Providencia de nuestro lado y no pasó nada extremadamente grave, y me alegro por ello.

¡Feliz día! J

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