¡Finalista en el I Premio Romantic!
¡Buenos días! Mi sonrisa parece decidida a no
abandonar mis labios, a curvarlos cada día más hacia arriba y a resplandecer en
la cara con aquella sensación de que a veces algunos sueños se cumplen, aunque
sea en formato pequeño.
Ayer por la tarde empezaron a llegarme whatsapps de mis compañeras manzanitas
felicitándome y dándome suerte. Yo flipé. Miraba una y otra vez los mensajes
sin entender, con la sensación de que a lo mejor se equivocaban de persona.
Contenté: «¡Gracias!!! Pero suerte por qué??? 😊😊😊».
Estaba en el gimnasio, cambiándome para una apoteósica
clase de Zumba y acabé de vestirme con el móvil dentro del bolso, en la
taquilla. Subí a la sala para bailar ritmos latinos y alguno marchoso, siempre
con una sonrisa, bailar es una manera perfecta de vibrar y ser feliz.
Fue una clase de remembers, con canciones de otro tiempo y un sinfín de emociones
encontradas. Hay temas que me recuerdan a algunas novelas o a momentos
determinados de mi vida.
Cuando bajé al vestuario vendí otro libro a una
compañera. Desde luego el grupo de Zumba se ha portado genial y son un gran
apoyo a la hora de ver cumplido un sueño maravilloso como ver mi libro en papel
en manos de otra persona.
Una vez envuelta con la toalla abrí el bolso para
hacerme con el móvil, sin recordar las felicitaciones ni los buenos deseos de
mis compañeras manzanitas. Y ahí estaba la explicación, en un cartel increíble
donde mi nombre aparecía entre las finalistas del I Premio Romantic con Perdida en la niebla (PELN), una
historia que escribí hace tiempo y que presenté al concurso sin decírselo a
nadie.
Y me cogió un ataque de risa nerviosa. Me senté en
el banco con la toalla enrollada en el cuerpo, riendo y llorando a la vez, sintiendo
que los años de lucha, de constancia, de ilusiones rotas y esperanzas marchitas
por fin tenían algún fruto y me proporcionaban la posibilidad de volver a soñar.
Me fui a la ducha llorando. Sí, soy de las que
llora cuando se emociona, aunque no sea demasiado racional. Y me pasé las
siguientes horas explicando a mi familia y amigas que me había presentado al
concurso en secreto, sin decírselo a nadie porque no tenía ninguna expectativa
en ganar.
Sigo pensando que no voy a conseguir el primer
lugar, pero igualmente me parece una maravillosa noticia aparecer en ese cartel
junto a nueve finalistas más entre ciento doce manuscritos.
Y sí, a veces los sueños consiguen atraparte,
llenarte de ilusiones y ofrecerte la posibilidad de creer en imposibles.
¡Gracias por leer estas líneas! ¡Por acompañarme en estos momentos! ¡Por hacer
posible esta maravillosa noticia! Sin lectores nunca lo hubiera conseguido.
¡Feliz día! J
Felicidades y mucha suerte!
ResponderEliminarBesos
¡Muchísimas gracias!
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