Vitalidad a destajo
¡Buenos días! El viernes se despierta ajetreado en
casa. Mi hijo se va de viaje a Londres con su tía como regalo por sus dieciocho
años y ahora se acuerda de que necesita dinero, el pasaporte… ¡Maldita
adolescencia!
No sé qué me depara el futuro, me parece un lugar
multicolor donde transitar con una sonrisa y no quiero quitar esa idílica
imagen de mi cabeza. Recuerdo cuando mi marido me decía: «la felicidad se
busca, no aparece sin más». Es cierto, cuando estás dispuesta a dejar atrás la oscuridad
el arcoíris aparece con rapidez para llevarte al limbo de la ilusión.
Escribir ha de ser algo creativo, feliz, ameno y
lleno de vitalidad. Compartir momentos como una presentación o una nueva
publicación con las personas de mi entorno me llena de una emoción demasiado
intensa para describirla con palabras.
Tengo un mundo interior rico en ideas y emociones.
Antes me costaba mucho mostrar esta faceta y la ocultaba bajo mantos de
inseguridad, sin entender demasiado bien la agitación de mi cuerpo al
imaginarme caminando en otro lugar de la mano con mis personajes, como si
pudiera tocarlo con la mano.
Tardé demasiado en conocerme y aceptar mis
divergencias con el resto de la gente, pero cuando al fin lo logré descubrí la
felicidad y llené mi vida de color, desterrando para siempre la oscuridad.
A través de los libros comparto pedacitos de mi
alma con los lectores, les ofrezco una visión de este mundo interior que me
absorbe y me confiere la potestad de vibrar con cada historia, de recordar a
cada personaje, de sonreír al despertarme por las mañanas.
Compartir esa realidad con las personas de mi
entorno, descubrir que a pesar de mi pánico a fracasar el día de la
presentación conseguí reunir a una ochentena de personas, que las cajas de
libros de mi salón van bajando a medida que pasan los días y que la gente es
más cercana de lo esperado me llena de vitalidad, descubriéndome un camino
directo al cielo.
Antes me sentía sola, desamparada, incomprendida
porque las historias me ahogaban. Me costó aprender a canalizar la creatividad
para darle forma en un papel desterrando la ansiedad de escribir. Ahora
disfruto de cada recodo del camino, mi cuerpo se expande con la escritura hasta
tocar los confines de mi mundo paralelo y consigo una comunión intensa entre
los personajes y mi interior, creando una simbiosis perfecta.
Y lo mejor de todo es que por fin he encontrado
una editorial que cuenta conmigo, cree en mi trabajo y me da la posibilidad de compartirlo
con vosotros.
¡Feliz día! J
Qué rico por ti!! Para mi, hoy no es tan emocionante...Justo se me acaban las vacaciones jajajaja
ResponderEliminar¡Espero que tengas una gran vuelta al trabajo! ¡Un beso!
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