Paso a paso
¡Buenos días! Llevo unas semanas de locura. Entre
las nuevas obligaciones del trabajo, la venta directa de los libros físicos de Rumbo a ninguna parte y los trámites
para que mi niña se vaya en agosto a pasar diez meses a USA apenas cuento con
tiempo para teclear, leer o descansar.
Tampoco es que mi inspiración colabore mucho. He
repasado lo escrito hasta la fecha de CEST y no me acaba de convencer. Necesita
un par de vueltas para dar por buenos los primeros capítulos y seguir con la
historia.
Creo que mi cabeza está en modo corrección porque
me paso las horas dándole vueltas a la Serie
Sin ti en general, escuchando los comentarios de cada una de mis beta en su
lectura de diferentes volúmenes y buscando la solución para corregir ese texto
sin perder la coherencia ni el número de palabras o de páginas.
En realidad saber que no he de entregar los
manuscritos hasta diciembre es una tranquilidad absoluta porque puedo corregirlos
varias veces con sus comentarios sin agobiarme por el tiempo. Seguro que cuando
al fin Julia y a Zack os lleguen en forma de manuscrito las tres novelas
estarán a la altura.
Ayer conocí en persona que me ayudó a creer en Rumbo a ninguna parte y me hizo
muchísima ilusión compartir con ella una Coca-Cola en una terraza de mi ciudad.
Quizás debería reducir durante un tiempo mis horas de escritura para volver a
llenarme de energía positiva. Puedo intentarlo, aunque tarde o temprano
regresará ese subidón de inspiración que me lleva a aporrear las teclas con
cosquillas en los dedos.
A veces necesito desconectar un tiempo,
alejarme de las novelas y socializarme más allá de la pantalla. Porque mis
mayores amigas las tengo lejos y hablamos mucho vía chat, pero poco en persona.
Mis pasos en el mundo de la escritura siempre han
sido pequeños, con mucho esfuerzo y un sinfín de instantes de bajón. A veces
observo otros casos y me desanimo porque cada uno de mis avances ha significado
luchar con uñas y dientes para ganar un pedacito ínfimo de terreno.
Por suerte he aprendido a valorar cada venta, cada
comentario, cada e-mail de los lectores, cada sonrisa de mis beta y cada
palabra entusiasta. Hay que tener siempre la capacidad de ver el vaso medio
lleno y no desfallecer, sonreír ante la adversidad y disfrutar de lo que la vida
te ofrece.
¡Feliz día! J
Hay que creer!! ¿No te da susto que tu niña se vaya?
ResponderEliminarUn poco sí... Se me hará difícil pasar un año sin ella, pero será una gran experiencia. ¡Un beso!
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