No a las esperas
¡Buenos días! He pasado un fin de semana increíble
y me apetece muchísimo empezar la semana con energía positiva. Tengo un montón
de ideas para seguir luchando por arañar un pedacito de mercado con mi Rumbo a ninguna parte, le doy vueltas a
trilogía Sin ti para entregarla a
finales de diciembre y voy buscando ideas para las portadas junto a la diseñadora
de la editorial. ¡Es como un sueño hecho realidad!
Estoy feliz con el apoyo recibido de la gente de
mi entorno, las muestras de cariño, la confianza que depositan en mí al comprar
el libro y comentarlo en los chats de grupo, la emoción de descubrir que no
estoy sola ante el peligro.
Y voy a seguir librando batallas a ver si algún
día gano la guerra… Porque para mí nunca ha sido fácil abrirme camino en el
mundo editorial, he dedicado mucho empeño a llegar a un lugar que no deja de
ser una casilla de salida.
Cuando terminé la trilogía empecé a enviarla a las
editoriales grandes, pero enseguida me di cuenta de que no quería volver a las
esperas interminables para encontrar ni un sí que nunca llega. Mi peor enemigo
es la incertidumbre y en general las grandes editoras no suelen contestar,
aunque en su página ponga que sí…
A una de ellas le prometí exclusividad, esperé
durante un mes y medio a que me contestara, pero aparte de cambiar el e-mail
por el que nos comunicábamos no me contestó. Volver a ese punto donde las respuestas
se pierden en el ciberespacio no me apetecía. A veces incluso pienso en guardar
las novelas en un cajón para no sentirme ansiosa por la falta de respuestas. No
debería afectarme, pero como soy alguien de palabra, incapaz de dejar a alguien
colgado, me cuesta entender esa actitud en los demás.
Por suerte con Red Apple Ediciones me siento como
en casa. Les mandé la primera novela de la serie y en una semana me compraron
las tres. Me encanta trabajar así, sin la presión de las esperas. Y si además
me tratan bien…
A veces hay que decidir qué camino tomas con la
atención puesta en lo que ganas al caminar por él. Mi editorial es pequeña, no
tiene demasiada distribución y cada día gana un poquito de terreno en el mundo
de los tiburones literarios, pero son personas de palabra, me arropan y me
miman, señalan de manera efectiva cómo mejorar los escritos y confían en mí.
Si para ganar una pequeña batalla debo
arriesgarme, luchar y buscar maneras creativas de llegar al público no me importa,
lo prefiero a seguir anclada al mail, al móvil y a la esperanza que se pierde
por algún agujero oscuro al pasar los días sin noticias.
Os invito a descubrir mi página de autora en Facebook
(enlace). Voy a cambiar las redes sociales para profesionalizarlas un poco.
¡Feliz día! J
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