De la A a la Z... ¡La N!
¡Buenos días! Este fin de semana se me ha hecho muuuuy
corto. ¡Ains! Ya tengo ganas de volver a tener varios días libres para
disfrutar de mis historias, tanto escritas como leídas.
Hoy toca la letra N y me he dado cuenta de que con la F me
dejé mi serie de culto de hace un tiempo, Fringe.
¡Qué fuerte! Es alucinante cómo mi mente deja de recordar según qué títulos
cuando toca y me los devuelve luego.
¡Vamos allá!
Una película
Llamadme cursi, pero Nothing
Hill a mí me pareció una película preciosa, tanto que a veces la vuelvo a
ver para sentir cómo crece en mi interior la increíble historia de amor entre
un chico corriente y una súper estrella de cine.
Luego vuelvo a la vida real y me percato de lo diferente que
es cuando lees sobre famosos en las revistas, aunque mi alma de romántica empedernida
me susurra que muchas veces la realidad supera la ficción.
Esta película tiene varios ingredientes para convertirse en
una de mis preferidas. Hay humor, instantes mágicos, mucho amor y frases
alucinantes.
Una serie
Mi pasión por los números viene desde niña. Creo que como
Brenda (la protagonista de la novela que estoy escribiendo) tiene mucho que ver
conmigo en ese aspecto porque como ella yo de niña me entendía mejor con el
lenguaje matemático que con el de los niños.
Una de mis series preferidas, de esas que miraba embobada en
una época en la que las historias bullían en mi cabeza con una efervescencia
feroz, fue Numbers. Ahí me di cuenta de
cómo hubiera sido tener una mente brillante como Charlie y cómo seguía alucinándome
el mundo de las matemáticas.
Además, la historia de amor entre Amita y Charlie me pareció
preciosa. ¡Qué se le va a hacer! ¡Soy una romántica total!
Un libro
Nunca digas siempre.
Preciosa historia entre dos personas que se apoyaron en una situación durísima
de niños. Yo en la segunda parte de la Serie
Sin ti intenté explicar algo acerca del sistema de tutela estatal, de cómo
se sienten los niños que han pasado la infancia yendo de una casa de acogida a
otra, de esa sensación de no tener hogar ni poder establecer vínculos duraderos
con nadie.
Tanto Mallory como Rider rehacen su vida cuando las circunstancias
los separan, pero nunca olvidan ese pasado traumático ni cómo se apoyaban el
uno al otro ni cuáles eran exactamente sus sentimientos.
Es una historia preciosa, llena de emociones a flor de piel
y giros que te dejan con el corazón hecho trizas.
Una canción
Una novela que posiblemente vea la luz el mes de noviembre
(todavía tengo la fecha sin confirmar y el contrato por firmar, pero me fío
100% de que todo saldrá bien) es Nunca
dejes de bailar (NDDB). Es diferente a las anteriores, tiene un nivel de sensualidad
superior y su playlist se nutre de
música latina porque Maya es medio dominicana y baila una fusión de estilos,
aunque su principal es el latino.
Nota de amor, una
canción de Carlos Vives y Wisin forma parte de esta banda sonora que tanto me ayudó
a construir esta historia de reencuentros y amores predestinados.
Tiene un ritmo que invita a bailar sin detenerse, a mover el
cuerpo a su son y a dibujar ondas sinuosas con el cuerpo para abrazar ese compás
alucinante.
¡Feliz día! J
¡Qué curioso! Nunca hubiera imaginado ver por aqui a mi coterráneo Carlos Vives
ResponderEliminar¡Jejejejeje! ¡Escucho música de todas partes!!! Besossssss
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