¡A Julia le pasó lo mismo!

9:09 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Poco a poco me doy cuenta de cómo ha cambiado mi percepción de muchas cosas estos últimos años, cómo he conseguido sentir emoción donde antes sentía frustración y cómo cada día soy capaz de sonreír por mil instantes, por lo que tengo, por las ilusiones. 
Para escribir y crear mundos diferentes al que vivimos hay que sentir, dejar volar la imaginación, conectar con personajes más allá de lo común y dejarlos vibrar en tu interior, porque entonces se convierten en una parte esencial de ti misma.


A veces, cuando alguien me cuenta una vivencia, pienso en voz alta y digo: ¡cómo Swan y Steff!, o ¡a Julia le pasó lo mismo!, o ¡me recuerda tanto a Lúa!, o ¡Aurora hubiera reaccionado igual!, o… Y es que hay tantas situaciones que me recuerdan a un libro, y las siento tan mías…
Cuando hago eso, cuando digo en voz alta alguna de esas frases, porque se me escapan, pocas personas me entienden porque, ¿cómo van a entender que sus palabras despierten mi recuerdo de algo que escribí hace tiempo?
Pero para mí esas historias, aunque ya publicadas y vuestras, siguen siendo mías. No me hace falta demasiado para recordarme en pleno proceso creativo, frente a la pantalla, tecleando para darle vida a esa trama que me absorbía hasta impregnarse en cada célula de mi piel. Y cuando lo hago, cuando conecto con ese pasado, con ese instante, soy capaz de recordar dónde estaba, cómo, qué sentía…


Hace un tiempo decidí dejar de publicar durante unos meses. Me ha ido bien esa decisión, he podido dedicarme a otras cosas, a revisar manuscritos pasados, a pensar en perspectiva, a valorar otros caminos y a dejar volar mi imaginación para decidir qué quiero escribir a continuación. 
No tengo ni idea de dónde me va a llevar esta nueva etapa ni si habrá algún cambio, solo sé que a veces detenerse un tiempo te devuelve la energía perdida entre tantos momentos estresantes. Y es que mi vida estos últimos meses se ha llenado de cambios, de giros y de sentimientos encontrados.


Pero en el fondo siempre subyace mi emoción, la sensación de necesitar compartir con los demás esos mundos que me acompañan desde muy niña, mi incapacidad de quedarme demasiado tiempo sin dedicarle a mi imaginación las ganas y la ilusión necesarias para crear una historia.
Tengo cuatro novelas listas. ¡Sí! ¡Cuatro! Y me gusta saber que estoy a la mitad de la quinta porque, aunque no tengo ninguna prisa por publicar, estoy feliz de tener material para no sufrir si me decido a dar el paso. 
Así que ahora mismo me siento como Lúa al principio de la novela en el terreno profesional, pero como Julia al final de la serie en el terreno artístico. Y quiero pacerme un poquito a Steff y a Emma en sus ganas de sorber el mundo a bocados… 
¡Feliz día! J

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