Gran reto

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Me he metido en un proyecto que me está resultando increíblemente difícil, pero a mí me encantan los retos y estoy dispuesta a intentarlo, a pesar de que hay muchísimos momentos en los que grito de frustración y acabo cerrando el Mac.
Tras casi veinte años buscando la forma de transmitir sentimientos a través de las palabras, de pulir mi estilo, de buscar maneras inteligentes de escribir diálogos y de encontrar las emociones en mi interior para dotar las frases de ellos, ahora debo cambiarlo y encontrar la forma de transmitir sentimientos a través de acciones, ¡y de rebajar los diálogos!


Jolin… Es como un reto monumental, porque cada vez que cojo el Word y lo releo, me bloqueo. Aunque en algunos momentos logro avanzar.
Y además, hay un desafío añadido, uno que atenta directamente con mi estructura mental. Y eso es durísimo, porque mi cabeza, ese ente hiperativo e indomable, va por libre y se pasa las noches dándole vueltas a cómo encarar la situación para salir victorioso.
Y lo cierto es que funciona porque, aunque más despacio de lo normal para mí, voy avanzando. Cada noche tengo una idea y la voy plasmando en el papel, trazando un sendero hacia la consecución de objetivos y haciendo algo que jamás me imaginé haciendo.


Porque, ¿cuántas veces me ha pedido Senda que haga un croquis de las novelas antes de empezar? ¿Y cuántas le he contestado yo que soy incapaz sin escribir la historia y desarrollar las escenas en el papel? 
Me sigue costando. Yo soy de brújula, no de mapa. De sentarme y dejar que sea esa cabeza mía la que trace las líneas, la que cree, la que defina a medida que escribo. Y siempre que he dejado cuatro ideas trazadas, las cambio, ¡todas! Porque siempre surge algo mejor. Y eso para mí es la adrenalina que me empuja a seguir escribiendo.


Es gracioso, porque mi mente ya ha trazado un mapa conceptual de cómo añadir ingredientes a una trama que en un principio estaba completamente cerrada y darles cabida en la historia, pero a la hora de resumirlo hay muchos obstáculos. 
Pero rendirse no está en mi vocabulario. No lo he hecho en la vida y no voy a empezar ahora. Voy a tirar hacia delante ese proyecto, aunque al final solo quede en eso, en un proyecto llevado a cabo. Voy a dar lo mejor de mí, a apostar fuerte, a no dormir (mi cabecita no me va a dejar hasta que lo tenga listo) y, sobre todo, a disfrutar de cada instante. Porque eso le da chispa a mi vida.


A veces, en el camino, encuentras a personas que te acompañan sin pedir nada a cambio, y eso es genial. Así que para este proyecto en concreto cuento con una de esas personas. Si algún día sale adelante voy a incluirle y os hablaré de todo, del proyecto, de mi colaborador secreto, de mis ideas.
Porque a pesar de que el último paso depende de otros, yo voy a hacer el mejor trabajo posible y voy a soñar con tocar el cielo con mis manos.
¡Feliz día! J




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