Pianista. André, Margaret y André. Dúo (profesiones)
¡Buenos días! Tras darle bastantes vueltas a otra profesión de mis personajes me he decantado por la de pianista. Porque la música es lo más inspirador que existe y cocerlo de buena mano, gracias a dos André, de dos épocas distintas, y a Margaret es precioso.
Dúo es una de mis novelas más desconocidas y con una de las historias más emotivas que he escrito. Espionaje, Segunda Guerra Mundial, traiciones, dramas familiares, reencuentros…
Margaret para mí es la protagonista indiscutible, su vida es dolorosa, dura, intensa. Se convierte en espía siendo alemana de nacimiento, se infiltra entre los nazis que invaden París, guiada por el amor a su marido, André, a su hijo Jaques y a la nación que le ha dado cobijo. Aunque en un momento dado su vida da un giro inesperado y viaja de nuevo a Berlín.
Pero André abuelo, el marido de Margaret, también tiene una historia interesante que contar, una que nos va narrando a través de las cartas que ella un día sostiene en sus manos. Y es que su nieto, André, también pianista, se las lleva tras encontrar su rastro. Porque, ¿puede la vida devolverte lo que te quitó?
El piano, la música y las canciones son importantes en la trama.
En esta novela hay dos historias, una actual, que nos muestra cómo Iris, violinista, y André nieto descubren sus afinidades a través de la música, cómo ambos se reconocen interesados en el otro gracias a los acordes del piano, a las melodías, a la sensibilidad de la profesión de André.
En el pasado, es el piano lo que reúne por primera vez a Margaret y a André, las clases que ella recibe para mejorar su técnica. Ella es hija de una influyente familia alemana, él un simple profesor de piano con deseos de convertirse en concertista. Pero el amor no entiende de clases sociales ni de diferencias ni de nada.
También es la profesión de pianista la que salva a André abuelo durante la guerra y lo lleva a vivir al cobijo de un general nazi con un hijo talentoso para el piano.
Y en un momento muy intenso de la trama, un concierto podría haber decantado la balanza de otra manera, pero las cartas del destino son caprichosas y muchas veces dejan en la cuneta las posibilidades de un final distinto.
¡Feliz día! J
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