De los errores se aprende

9:09 Pat Casalà 0 Comments


            ¡Buenos días!! ¡Parece que el frío ha llegado! O como mínimo es lo que me dicen cuando me vienen a ver y me llaman por teléfono… A ver si este fin de semana me armo de valor y salgo a dar una vuelta, ¡aunque sea con las muletas!
            Ayer me dijeron que en la entrada parecía un poco alicaída y que la noticia que daba era demasiado buena como para estar así… Pues no, no estaba triste ni nada por el estilo, sólo intentaba ser realista y transmitir exactamente los sentimientos que me produce el saber que mi novela va a empezar el largo periplo editorial.
            Evidentemente que es una buena noticia, una de aquellas por las que llevo tantísimos años luchando y que se merece un brindis, pero la vida me ha enseñado a ser precavida y a no presuponer nada. Así que dosifico un poco mi alegría y me preparo para un periodo largo sin avances.
            Y es que si tenemos en cuenta el panorama editorial, la crisis y la recesión que no paran de anunciar,… Pero no abrí este blog para ser pesimista ni para entristecer a nadie con la realidad que nos envuelve. Mi intención siempre ha sido compartir sueños, alegrías, sonrisas y momentos mágicos.
            Así que voy a dejar de tocar de pies al suelo durante unas horas y me voy a elevar hasta la cima de la montaña más alta de mis fantasías, allí donde todos aquellos sueños de infancia cobran vida y se convierten en realidad.
            Esta noche he cerrado los ojos y me he transportado allí, a un lugar mágico donde todo aquello que quería estaba al alcance de mi mano, un lugar donde sólo con alargar el brazo lograba alcanzar cualquier deseo. ¡Y ha sido una experiencia maravillosa! ¡Una de aquellas que nos puede servir de guía a la hora de aparcar nuestras inseguridades y abrazar la autoconfianza necesaria para continuar caminando con una gran sonrisa!
            Ayer tuve un día un tanto funesto, uno de aquellos en los que la confianza, la seguridad en mí misma y los cimientos que sustentan mis ilusiones se vinieron abajo. Creo que es todo producto del encierro, del dolor que tengo en la rodilla y de mi inactividad (¡es que yo necesito moverme!).
            Me cuesta mucho aceptar mis equivocaciones, en eso tengo una gran dificultad. Quizás debería exigirme menos a mí misma y caminar por una senda más relajada, permitir que las cosas no estén siempre controladas, que el destino sea dueño de los sucesos y aprender a pedir ayuda cuando lo necesito….
            Y sí, me equivoqué en algo del trabajo, y me dolió tanto que me pasé unas horas angustiada, pero esta noche, cuando me he despertado a las tres de la madrugada, he visto claro que estaba equivocada, que debía aprender de ese error y seguir pisando fuerte, sin venirme abajo.
            Entonces he recreado todas y cada una de mis ilusiones, he seguido con la mente las peripecias de mis personajes con vistas a preparar el material para la agencia, me he puesto en la piel de unas escritora editada y he conseguido ser muy feliz y despejar los nubarrones opacos de ayer.
            Cada paso en falso que se da en la vida te ofrece una nueva manera de ver la realidad, de aprender algo nuevo, de moldear tu forma de actuar. Así que mi intención es aprender de mis errores y caminar siempre hacia delante, sin perder la confianza en mí misma. Y, como soy humana, tengo mis fallos, así que la próxima vez lo haré mejor.
            Hoy he decidido tomarme el día para imaginar, para crear, para acabar de delinear las historias que conforman la saga que inicié con La Baraja. ¡A ver si el destino quiere ayudarme!
            ¡Os deseo un gran día!

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