La inspiración
¡Buenos
días! Parece que hoy me he levantado un poco más animada. Ayer tuve un montón
de trabajo y estuve conectada con la oficina hasta las siete de la tarde, así
que no conté con tiempo para que mi cabecita diera vueltas a la situación. Y tal como
están las cosas hoy voy por el mismo camino…
También
escribí un poquito. ¡Ya voy por el folio 150 de la novela! La verdad es que
después de la crisis que me tuvo completamente yerma de inspiración durante unos
meses he recuperado esa capacidad de ir hilvanando la historia de una manera
que me gusta y me va internando en el mundo de mis personajes.
¡Es
tan frágil la inspiración! Para mí es un gran misterio saber cómo viene y va.
Hay instantes en el que la cabeza se me llena de ideas, historias, tramas,
subtramas… ¡Parece que hierva de frenética actividad! Entonces necesito dejar
escapar esas ideas, plasmarlas en el papel, darles vida, si no esa ebullición explota
y no me deja dormir, caminar, respirar ni pensar en otra cosa.
Es
como si todo se agolpara dentro de mí, incluso como si pudiera desplazarme con
el cuerpo y los sentidos a ese mundo paralelo donde mis personajes se enfrentan
a miles de situaciones impactantes.
En
esos instantes sientes el subidón de adrenalina, el deseo absoluto de escribir,
la necesidad de continuar con la novela, de darle un sentido a la historia, de
no parar de aporrear las teclas con un frenesí que te lleva a otra dimensión. Es
algo mágico, increíble, perfecto.
Cuando
me siento ante la pantalla vacía, con el cursor parpadeando en el folio en
blanco y las palabras se quedan atragantadas en la mente, siento una desazón
inmensa. Necesito esa inyección de ideas que se ha quedado anclada en algún
lugar indefinido y no me llega.
Y
muchas veces me pregunto porqué hay instantes en los que me pasa eso, porqué no
puedo escribir siempre que lo deseo, porqué la inspiración me abandona en unos
momentos y me ahoga en otros. Y por muchas vueltas que le de no logro encontrar
una respuesta coherente, así que me digo que así es la vida del creador, que
hay que intentar buscar la manera de sentarse cuando te viene la inspiración y
de distraerse cuando se encalla.
Una
cosa sí tengo clara, tras meses de hablar con otros escritores inéditos me he
dado cuenta que esto nos pasa a casi todos, que la inspiración es caprichosa,
que le gusta ir moviéndose a su antojo y aparecer cuando menos te lo esperas.
En
cuanto a la entrada de ayer… Sé que tengo que tomar una decisión, que los días,
las semanas, los meses y los años van sumando sin descanso y que no puedo
permitir que ese caminar de las horas me absorba la ilusión de escribir, pero
todavía no he encontrado la valentía, así que seguiré buscándola.
En
mi trabajo remunerado las cosas van bien, Cada día aprendo algo nuevo, estos días
de inactividad he estudiado algunos aspectos legales que desconocía para ir
mejorando mi manera de realizar las tareas, estoy avanzando en algo y saber que
cuentan conmigo es una inyección directa de autoestima.
Mañana toca un poquito de Loas Cofres del
Saber, explicar qué pasa e ir avanzando en esa historia que nos acompaña desde
hace meses, así que hoy le daré unas cuantas vueltas para traeros un capítulo
equilibrado y bien medido. ¿OK?
¡Pasad
un gran día!
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