¿Dónde vamos a ir a parar???
¡Buenos días! Empieza el martes
con mucha ilusión, ganas de escribir y un montón de cosas que hacer aunque sea
desde el sofá. ¡Y es que lo de la inactividad no va conmigo! ¡Y me cuesta un
mundo esto de pasarme el día estirada sin moverme!
Ayer
leí en La Vanguardia un artículo que me dejó intranquila y con la angustia metida
en el cuerpo. Hablaba acerca de los empresarios de toda la vida, con negocios
de una cierta dimensión, que debido a la crisis habían ido perdiendo su
patrimonio para intentar aguantar el temporal y habían acabado arruinados.
¡Es
increíble! Si los pequeños y medianos empresarios nacionales, los de aquí que
durante años han apostado por sus negocios, por crear empleo, por levantar algo
propio acaban en la ruina, sin más que una pensión pequeña para ir tirando y
van cerrando los establecimientos, no sólo aumentan las listas del paro, sino
que engrosan las arcas de las multinacionales extranjeras y consiguen que
nuestra economía nacional acabe de desestabilizarse.
Yo
creo en las empresas propias de cada región. Considero que las empresas de carácter
familiar que han ido creando el entramado de la economía particular de cada una
de las comunidades autónomas que forman nuestro país nos conceden una identidad
y una manera de subsistencia propia, mientras que las grandes cadenas que
invaden cada rincón del mundo sólo consiguen repartir sus ganancias entre unos
pocos.
Normalmente
el trato en empresas pequeñas suele ser mucho más humano y cercano. Cuando el
empresario está trabajando a tu lado, codo con codo, es más fácil hablar con él,
entablar una relación laboral agradable y equilibrada.
¿Dónde
vamos a ir a parar si las personas que han trabajado toda la vida para crecer y
levantar un negocio ahora acaban arruinadas y con la obligación de cerrar? ¿Cuánto
tiempo más va a durar esta crisis que está abriendo unas brechas demasiado
amplias como para cerrarlas sin más?
A
mí estas noticias me ponen los pelos de punta. Si hemos de depender de empresarios
grandes y perdemos nuestra identidad convirtiéndonos en una calcomanía de otras
ciudades, plagados de las mismas tiendas, los mismos negocios y las mismas
cadenas, no tardaremos demasiado en palidecer.
Bueno,
espero que tarde o temprano se encuentre una solución a esta situación, que las
cosas acaben volviendo a su cauce y que siempre existan valientes con ideas
brillantes para arriesgarse a abrir algo propio, algo nuestro, algo del país
que aporte riqueza.
Es
importante mirar hacia delante con valentía y esperanza, buscar la ilusión en
las pequeñas cosas, encontrar la esencia de cada instante y aprender a
disfrutarla. Hay que continuar navegando por las aguas turbulentas que nos han
tocado vivir, capear el temporal con la mayor entereza posible, levantar el ánimo
y buscar una corriente que nos acerque a la calma. ¡Seguro que entre todos
encontramos la manera de salir del centro de la tormenta!
Hoy
voy a creer que todo es posible, que finalmente mis sueños encontrarán la
manera de materializarse en la realidad y que todas las personas que han visto
cómo su vida y sus ideales se han tambaleado encontrarán el sendero que les guíe
hacia una felicidad quimérica y perfecta.
¡Pasad
un gran día!
0 comentarios: