¿Lanzamos cohetes?
¡Buenos
días!!!! Empieza una nueva semana cargada de trabajo, inactividad y esperanzas.
¡Quiero ser muy, muy, muy feliz! Y como la fórmula de la felicidad es algo quimérico
voy a hacer de alquimista de las emociones y voy a sacar una receta perfecta
para transformar mis dudas en alegrías. ¿Os apuntáis?
Lo
primero que he hecho para creerme que de verdad inicio una senda que pueda llevarme a mi menta tan ansiada ha
sido enlazar mi agencia con el blog. ¡UFFFFF!! No lo había hecho antes porque
todavía no veía claro que las cosas avanzaran, así que ponerlo al lado, con ese
color rojo que parece un pegote, me ayuda a creerme que de verdad voy a ir de
su mano.
También
he escrito algo que me cuesta un montón: ¡un resumen de las novelas no
escritas! Yo, que voy dando tumbos mientras creo las tramas, que soy de las que
disfrutan retorciendo las historias en cualquier momento, sin atenerme a un
esquema, he tenido que ordenar todas mis ideas para dar una propuesta escrita
de la serie completa. ¡Me ha costado un montón! ¡Pero lo he entregado!!!
He
continuado con mi novela, la segunda de la serie, avanzando por los laberintos
de la narración, componiendo capítulos lo más compensados posible, intentando
que todo aquello que pienso e ideo pase al papel en una forma adecuada.
Y
me he esforzado por darle la vuelta a todo aquello que me parecía negro. Y,
sobre todo, he intentado aceptar de manera un poco menos frustrante mi situación
actual. Si no queda otro remedio que pasar la semana sin caminar, sin bailar y
sin moverme de casa voy a intentar sacarle el máximo de jugo al tiempo que mi
rodilla me ha ofrecido.
Combinándolo
todo he encontrado una perfecta receta para deciros que estoy emocionada, feliz
y con una ilusión loca para que la búsqueda de editorial fructifique con
rapidez. ¡Ya podemos lanzar los cohetes! ¡Miles de fuegos artificiales! ¡Con
sus tracas y todo! ¡Y brindar con Cava!!!
También
me hace mucha ilusión llevar el blog de Donatzelli y su página del Facebook. Aunque
escribir novelas es mi principal deseo, cualquier cosa relacionada con aporrear
las teclas del ordenador y componer escritos me encanta. ¡Ese es otro de mis
deseos! ¡Dedicar todas las horas del día a escribir, escribir y escribir!
Ayer
por la tarde, después de un día disperso, lleno de dudas y un tanto ansioso (de
verdad que cuando interiorizo que todavía mi escritura no es perfecta me
angustia cantidad), y de enviar a la agencia el material solicitado, decidí
dejar atrás la indecisión y mirar hacia delante con una nueva perspectiva. ¡Si
en la agencia creen en mi trabajo, también voy a creer yo en él!
Me
puse música, cerré los ojos y recreé cada una de mis ilusiones, todas las que
me acompañaban en mi mente infantil cada noche al irme a la cama. Y añadí las que he
ido acumulando de mayor, aquellas en las que la cola de personas que desean una
firma en su ejemplar se llena con mis amigos del blog, del Facebook, de
cualquier parte del mundo que han interactuado conmigo todo este tiempo.
Durante
una hora conseguí ir serenando mis emociones, ir visualizando mis metas, ir allá
donde mis deseos quisieron ir. ¡Y fue catártico! ¡Genial! ¡Emocionante! Y de
momento con eso me vale.
Así
que os conmino a darme un toque de atención como ayer hizo Bea cada vez que me
venga abajo y las ramas no me dejen ver el bosque. ¡Quiero conseguir mi sueño!
¡Y si yo no creo en la posibilidad de lograrlo nadie lo hará! Así que ahí voy,
saltando al vacío, permitiendo que mis emociones se disparen, que mis
expectativas crezcan, que la ilusión se ocupe de llenar las horas.
¡Sed
felices! ¡Y pasad un gran día!
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